MercoPress, in English

Jueves, 28 de marzo de 2024 - 17:07 UTC

 

 

Falklands y la identificación con sus colores y escudo

Martes, 31 de octubre de 2017 - 06:40 UTC
Mike Summers y un discurso que ha dado que hablar Mike Summers y un discurso que ha dado que hablar
La bandera de las Falklands flameando en Victory Green y Gilbert House La bandera de las Falklands flameando en Victory Green y Gilbert House
El día del referendo del 2013 cuando los Isleños reafirmaron abrumadoramente su voluntad de seguir como Territorio Británico de Ultramar El día del referendo del 2013 cuando los Isleños reafirmaron abrumadoramente su voluntad de seguir como Territorio Británico de Ultramar
Estas hermosas y orgullosas Islas no pertenecen ni a Argentina ni a Gran Bretaña, sino a los Falkland Islanders, a los Isleños Estas hermosas y orgullosas Islas no pertenecen ni a Argentina ni a Gran Bretaña, sino a los Falkland Islanders, a los Isleños

Por John Fowler - ”No alcanza con que los Falkland Islanders (Isleños) continúen afirmando que no quieren ser argentinos; no se pueden definir como tales por medio de una negativa, deben decidir qué o quién quieren ser y proclamarlo positivamente

 La cita de un distinguido periodista escocés de visita en las Falklands en los años setenta me vino nuevamente a la mente cuando leyendo la crónica del discurso final del legislador MLA Mike Summers ante la Asamblea Legislativa, urgió a que la disputa de las Falklands con Argentina no debería ser dejada para que la encaren las futuras generaciones de las Islas.

Uno podría argumentar que definirnos positivamente fue precisamente el propósito del referendo cumplido por el gobierno de las Islas Falkland (FIG) en 2013. Sin embargo a pesar que el referendo se cumplió de acuerdo a las exigencias y estándares internacionales más elevados, y que más del 98% de los electores de las Islas votaron en favor que las Islas permanezcan con su actual estatus de Territorio Británico de Ultramar, el gobierno argentino no aceptó la legitimidad del referendo y no le otorga credibilidad alguna a sus resultados. Claramente si se pretendía que fuera el golpe final al reclamo argentino de soberanía, el referendo fracasó. Por tanto, a dónde vamos de ahora en adelante?

Las posiciones de los gobiernos argentino y británico respecto a la soberanía aparecen como inamovibles, por lo menos en el corto plazo, por tanto si es que ha de haber una respuesta creo que yace principalmente en las manos del gobierno de las Falklands y de los propios Falkland Islanders. Estoy de acuerdo con el Sr. Mike Summers que no debemos ceder ni una pulgada en nuestro derecho a la auto determinación, y que se trata de un proceso muy largo. Empero creo que hay algunas cosas que podemos hacer para ayudar que el asunto se mueva y avance.

Durante los últimos años, FIG ha incrementado sus esfuerzos para ofrecer puntos de vista diferentes, y más al corazón de nuestra realidad, a los otros países de América Latina, los cuales hasta ahora brindan una suerte de apoyo instintivo, casi irreflexivo al reclamo argentino de soberanía. Las visitas de los legisladores electos de las Falklands, las delegaciones comerciales y hasta los contactos deportivos juveniles han logrado, combinados, aumentar la visibilidad global de nuestro país. Aprovechando las redes sociales, invitaciones a periodistas, a otros grupos mediáticos y a políticos, han contribuido a trasmitir las realidades de la vida en las Islas Falklands a un escenario mundial más ancho. Estos esfuerzos son importantes y deben continuar. No sólo contribuyen a destruir mitos, sino también implícitamente requieren de la aceptación de la existencia y legitimidad del gobierno de las Islas Falkland, algo que la Argentina se rehúsa a reconocer.

Sabemos que las Islas Falkland son un país democrático, próspero y virtualmente autónomo, que no sufre opresión alguna a no ser por los esfuerzos del gobierno argentino de restringir y acosar nuestro desarrollo económico. Como Territorio de Ultramar de un país que se ha comprometido a apoyar nuestro derecho a la auto determinación, y asumiendo como un hecho el crecimiento de la población y continuo desarrollo económico, normalmente la plena independencia sería vista como meta y corolario lógicos de la situación. Pero esta ambición, en nuestro caso, se mantiene en jaque por la presencia de un poderoso vecino que reclama soberanía sobre nosotros.

Es más creo que esta situación de tablas continuará en tanto Argentina insista en negar nuestro derecho a la auto determinación y se vea involucrada, simplemente, en una competencia de titularidad por las Islas con Gran Bretaña. Esto por supuesto ignora tanto hechos históricos como el apoyo a nuestro derecho a la auto determinación por parte del Reino Unido y consagrado en la Carta de Naciones Unidas.

Corresponde ahora a nosotros hacer nuestra parte reafirmando que este país no pertenece ni a Argentina ni a Gran Bretaña, sino a los Falkland Islanders, a los Isleños. Y para hacer de ese mensaje algo claro y directo, creo que a excepción de ciertas ocasiones apropiadas como puede ser el cumpleaños de la Reina, flamear cualquier otra bandera que no sea la de las Islas Falkland debe ser desalentado. Tenemos nuestra propia bandera. Los colores del Reino Unido en el ángulo superior de nuestra insignia, es al reconocimiento de nuestros continuos vínculos históricos, culturales con Gran Bretaña, en tanto el escudo proclama con claridad nuestra identidad como un país con su propia historia y cultura.

Sin haberlo meditado mucho, y después de haber sido acosado con el mito de las Malvinas desde mis años mozo, mucho sospecho que la mayoría de los argentinos que no han puesto pie en las Falklands, siguen adelante con la errónea noción, difundida por el gobierno argentino, que somos una colonia británica con una población británica implantada. Hacer flamear la Union Jack (bandera del Reino Unido) alienta esta concepción, a mi manera de ver errada y para nada útil, que seguimos siendo una colonia y “pertenecemos”” a Gran Bretaña.

A medida que la democracia evoluciona en Argentina, son las percepciones de los votantes comunes que debemos cambiar si es que no queremos dejar el actual e infeliz impase a nuestros nietos. Ver muchas banderas Union Jack (británicas) en nuestras calles y vehículos sólo sirve para reafirmar la propaganda oficial argentina. Recibir a visitantes de Argentina como turistas puede ser una valiosa parte del proceso de educación, pero asegurémonos que no estamos involuntariamente dando mensajes que trabajan contra nosotros y ese propósito. Proclamemos positivamente que no somos más una colonia, ni un país británico. ni un pedazo desprendido de Escocia, sino unas orgullosas e irrefutablemente diferentes y hermosas Islas Falkland. (Penguin News).