La Primer Ministra del Reino Unido, Theresa May, subrayó el lunes que se han hecho avances importantes en las negociaciones sobre el Brexit, mientras ha recibido presiones por parte de empresarios británicos para cerrar un acuerdo de transición lo antes posible.
May aseguró en la Cámara de los Comunes que el diálogo entre Londres y Bruselas ha tomado un nuevo impulso en las últimas semanas, aunque los 27 socios europeos restantes todavía no ven progreso suficiente para pasar a la segunda fase de la negociación, que abordará la futura relación comercial.
En una sesión parlamentaria para dar cuenta de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno comunitarios de la semana pasada, la primera ministra dijo que el diálogo se destrabó gracias a su claro compromiso respecto a las obligaciones financieras que mantiene el Reino Unido con el presupuesto comunitario.
Ninguno de nuestros socios europeos tendrá que pagar más ni recibirá menos durante el actual plan presupuestario como resultado de nuestra decisión de salir de la Unión Europea (UE), subrayó. Su propuesta de establecer un periodo de transición en el que el Reino Unido mantenga el acceso al mercado único en los términos actuales tras su salida efectiva del club europeo, previsiblemente en marzo de 2019, también ha sido un paso adelante, argumentó.
Para May, esos dos puntos han animado al resto de Estados miembros a comenzar a preparar el terreno para el diálogo sobre un futuro acuerdo comercial, que espera iniciar en diciembre.
El jefe de la oposición en el Reino Unido, el laborista Jeremy Corbyn, criticó por su parte que May dijo ya hace dos semanas que las negociaciones habían adquirido un nuevo impulso, pero Bruselas continúa bloqueando la segunda fase del diálogo.
”Aquí estamos otra vez, tras una nueva ronda de negociaciones (la quinta), y todavía no sabemos cuándo se comenzará a abordar el futuro del Reino Unido con nuestro mayor aliado comercial, ni tampoco sabemos con claridad qué se ha acordado en la primera fase de estas negociaciones, lamentó Corbyn.
La primera ministra informó a la Cámara Baja británica sobre la marcha de las negociaciones horas después de que se divulgara una carta en la que diversos líderes empresariales advierten al ministro del Brexit, David Davis, sobre consecuencias negativas si no se cierra un acuerdo de transición cuanto antes.
Las compañías se están preparando para tomar decisiones serias al inicio de 2018, que tendrían consecuencias para los puestos de trabajo y las inversiones en el Reino Unido, afirma la misiva. La advertencia, que fue revelada por la cadena Sky News”, está firmada por la Patronal de Empresarios Británica (CBI, inglés), la Cámara de Comercio, la asociación de empresas de manufactura e ingeniería EEF, el Instituto de Directores y la Federación de Pequeños Negocios del Reino Unido.
Poco después de conocerse esa carta, el ministro de Exteriores, Boris Johnson, urgió a los líderes europeos a ponerse manos a la obra para avanzar en las negociaciones. ”Deberían tomar el control, asumir la situación y empezar a pensar sobre el futuro. Estoy seguro de que ambos (Londres y Bruselas) podemos pensar de forma muy creativa y muy positiva sobre cómo alcanzar acuerdos que encajen con nuestros votantes en ambos lados del Canal”, dijo el jefe del Foreign Office.
En el Reino Unido han levantado además polémica unas filtraciones en la prensa alemana sobre la cena que celebraron en Bruselas el lunes pasado May y el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker. El propio Juncker salió a desmentir el relato del encuentro que publicó el Frankfurter Allgemeine Zeitung, donde se describía a May como ansiosa, abatida y desanimada, y se aseguraba que la primera ministra británica suplicó la ayuda de Bruselas.
Estoy muy sorprendido, si no aturdido, por lo que se ha escrito en la prensa alemana. Nada de todo eso es verdad, dijo el presidente de la CE. El exjefe de personal de Downing Street Nick Timothy acusó de esas filtraciones al jefe de gabinete de Juncker, Martin Selmayr, que negó por su parte en Twitter su participación y afirmó que se trata de un rumor interesado para menoscabar las relaciones constructivas entre Londres y Bruselas.