Las peleas por el uso de distintos tipos de denominación en la industria alimenticia se remontan desde finales del siglo XIX, cuando surgió la margarina como alternativa a la mantequilla, y hubo máximos de tensión con las “hamburguesas” vegetarianas. Ahora, es el turno de la “leche”.
Mientras que en Chile la Asociación de Productores de Leche de la Región de los Ríos (Aproval) presentó una denuncia contra dos supermercados por comercializar productos líquidos de origen vegetal bajo la denominación de leche en los espacios reservados a los productos lácteos, en Estados Unidos la misma disputa se desarrolla desde hace algún tiempo.
Los mamíferos producen leche, las plantas, no, dijo Jim Mulhern, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche, al Congreso de Estados Unidos en diciembre del año pasado. Mulherm pidió a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) la limitación del uso de la palabra.
Deberían estar al lado de los jugos de naranja y no de los lácteos, y agregó no es leche si viene de una semilla, una nuez o un grano, argumentó.
En los muchos años que pasaron desde que manifestamos por primera vez nuestra preocupación por el etiquetado falso de estos productos, hemos visto una explosión de imitadores que agregan la palabra 'leche' a cualquier cosa desde cáñamo hasta guisantes o algas.
Aquellos del lado de las leches vegetales, en cambio, argumentan que los consumidores pueden identificar la diferencia entre un producto lácteo y los suyos.
Según la Plant-Based Foods Association (Asociación de Alimentos de Origen Vegetal), ya hay jurisprudencia al respecto: en 2015 el mercado Trader Joe's ganó el derecho a mantener el etiquetado de su leche de soya como tal.
El intento de legislar el uso de la palabra 'leche' como algo solamente lácteo llega un poco tarde, indicó Molly Spence, directora de la Junta de Almendras de California. No tiene sentido si se considera que las leches de origen vegetal existen no sólo desde hace años, sino de siglos.
La variedad que se conoce hoy, además, sólo brinda más oportunidades de elección a los consumidores. El conjunto de los granjeros que se dedican a la industria láctea, agrupados contra estos productos no lácteos, consideran esta competencia como desleal ya que engañan al consumidor, pues el producto no lleva leche y se comercializa bajo ese nombre.
En junio de este año, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) determinó que los productos puramente vegetales, como la leche de soya o la mantequilla de tofu, no pueden comercializarse bajo denominaciones como leche o mantequilla, que están reservadas a los productos de origen animal.
La corte resolvió así la disputa entre la empresa alemana Tofutown, especializada en productos vegetales sustitutivos de lácteos, y la asociación del mismo país Verband Sozialer Wettbewerb, que lucha contra la competencia desleal.
En su sentencia, el Tribunal indicó que la legislación comunitaria reserva la denominación leche a aquella de origen animal, de la misma forma que las expresiones nata, chantilly, mantequilla, queso y yogur se deben emplear solo en el caso de productos derivados de la leche.
Pese a que Tofutown alegó que no empleaba las denominaciones de forma aislada (no comercializaba mantequilla, sino mantequilla de tofu), el TJUE aseguró que el hecho de añadir menciones descriptivas o explicativas no impide con certeza el riesgo de que el consumidor se confunda.
En Estados Unidos ya han especulado que la cuestión de fondo es más bien de ganancia económica que de protección al consumidor. Y es que en el mismo período en el que la leche de almendra y de coco multiplicaban sus ventas y se abrían camino en los cafés, la industria de la leche de vaca perdió US$1.000 millones.
Según el sitio Quartz, el consumo de leche animal fluida ha bajado casi el 40% en los Estados Unidos desde la década de 1970. Por su parte, según la consultora Nielsen, los sustitutos hechos de vegetales -leches de almendra, de coco y de arroz, principalmente- han aumentado sus ventas en un 250% desde 2012, lo cual hace pensar que la industria estadounidense de lácteos busca impedir.