Como cada verano, el presidente ruso, Vladímir Putin, se volvió a quitar la camiseta durante una de sus ya famosas escapadas siberianas, imagen con marcado cariz electoral que ya ha dado la vuelta al mundo.
”Toma ya!”, exclamó Putin con una caña de pescar en la mano ante la obstinada resistencia de su presa en medio de un pintoresco lago de la república de Tuvá, limítrofe con Mongolia.
Salir con el torso desnudo ya se ha convertido en una tradición para el jefe del Kremlin, que intenta así vender una imagen de hombre de acción y en perfecto estado de salud, cuando está a punto de cumplir los 65 años.
Consciente de ello, el Kremlin no dudó en colgar hoy un vídeo con un nuevo capítulo de las aventuras estivales del presidente, cuyos índices de popularidad rozan los máximos históricos, con más del 80% de apoyo.
Gafas de sol, gorro de expedicionario, pantalón caqui, botas de montaña, era toda la indumentaria de Putin, que aparece más relajado y sonriente que nunca en medio de un paraje espectacular.
La imagen de Putin a caballo sin camiseta en una pradera siberiana tomada hace tres años es una de las más populares del líder ruso, que nunca ha escondido ser un abanderado de los valores tradicionales y del machismo más rancio.
Aunque son conocidos sus dolores de espalda, Putin parece estar en magnífica forma física y dispuesto a presidir el país más grande del mundo hasta 2024.
Además de pescar, aprovechó para inspeccionar en lancha varios riachuelos y cascadas apenas visitados por el hombre, practicar senderismo, buscar setas, conducir vehículos todoterreno por caminos casi intransitables y tomar el sol.
La escapada siberiana de Putin ha tenido en esta ocasión una mayor resonancia de lo habitual debido a la cercanía de las elecciones presidenciales.
Putin aún no ha confirmado que se presentará a la reelección en marzo de 2018, aunque todos los analistas dan por hecho tanto que lo hará después del verano como que será reelegido con un resultado histórico.
Mientras, el Kremlin aprovecha cualquier ocasión para gritar a los cuatro vientos que su jefe no tiene parangón entre los grandes líderes mundiales, tanto en respaldo popular como en presencia física.
En marzo pasado, Putin ya pernoctó durante un par de jornadas en la taiga y en 2014 celebró su cumpleaños en medio de los bosques siberianos a unos 400 kilómetros de la localidad más cercana.