Finalmente, ocurrió lo que se esperaba: acaba de lanzarse a aguas marítimas uno de los témpanos más grande de la historia. Se trata de una masa de hielo de unos 5.800 kilómetros cuadrados que amenazó hasta el martes (11/07) con desprenderse de la barrera Larsen C en la Antártica.
Si bien todavía no tiene nombre, especialistas adelantaron será llamado A68 y advirtieron que es muy probable que se fracture y una parte se desplace hacia el norte antártico, con posibilidades de ser arrastrado hasta proximidades de las Islas Falklands/Malvinas.
Es uno de los mayores icebergs registrados y su futuro es difícil de predecir. Puede mantenerse como una sola pieza, pero es más plausible que se rompa en varios fragmentos. Una parte del hielo puede permanecer en la zona durante décadas, mientras que otras partes podrían ir a la deriva hacia el norte”, explica en un comunicado el glaciólogo Adrián Luckman, líder del proyecto británico Midas, que monitorea los efectos del calentamiento global en el continente helado.
Los principales diarios del mundo lo grafican en base al tamaño de las principales ciudades: En Argentina, rápidamente se lo comparó 25 veces con la Capital Federal; en España impactan con la multiplicación por 10 de la ciudad de Madrid; México, por su parte, multiplica a su DF por cuatro; desde Rusia, RT entienden que es dos veces mayor que Luxemburgo; y Francia advierten que el 55 veces más grande que París.
Lo cierto es que el bloque de hielo mide unos 5.800 kilómetros cuadrados y pesa tres billones de toneladas. De esta manera, el futuro A68 se ubica como uno de los más grande de la historia. Su longitud es de 175 kilómetros y su ancho, de unos 50 kilómetros.
Si bien, intentan calmar las aguas dado el fenómeno sobre el impacto que tendrá en la humanidad, los capitanes de los buques están en alerta. No estamos seguros de lo que va a pasar”, dijo a la Agencia Espacial Europea (ESA) Anna Hogg, de la Universidad de Leeds.
Podría, incluso partirse en pedazos o romperse poco después. Entero o en pedazos, las corrientes oceánicas podría arrastrarlo hacia el norte, tanto como hasta las Islas Malvinas/Falklands. Eso podría suponer un peligro para los buques en el Estrecho de Drake.
“Aunque se trata de un evento natural, y no somos conscientes de ningún vínculo con el cambio climático inducido por el ser humano, el desgajamiento coloca a la plataforma de hielo [Larsen C] en una situación muy vulnerable”, agrega, por su parte, Martin O'Leary, otro glaciólogo del proyecto Midas. La pérdida del iceberg reduce un 12% la superficie total de Larsen C.
Los investigadores del proyecto Midas dejaron trascender que el bloque de hielo se separó entre el lunes 10 de julio y este miércoles. El momento exacto llegó a detectarse gracias al satélite Aqua de la NASA.