Brasil volvió a crecer después de dos años de severa contracción de su economía, aunque todavía es prematuro decir si el gigante -que nada en un mar de incertidumbres políticas- salió de la peor recesión de su historia o si recaerá. El Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil registró en el periodo enero-marzo una expansión de 1% con respecto al trimestre anterior, en coincidencia con las anticipaciones de los analistas.
Se trata del primer resultado positivo después de ocho trimestres de contracción, subrayó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). En octubre-diciembre de 2016, había retrocedido 0,5%. Con respecto al primer trimestre de 2016, el PIB de la principal economía latinoamericana se contrajo un 0,4%, y en el acumulado de cuatro trimestres, la contracción llega a 2,3%.
Unos datos que mejoran notoriamente los resultados de los dos últimos años, con derrumbes del PIB de 3,8% en 2015 y de 3,6% en 2016. Por sectores, el aumento trimestral registró un impresionante crecimiento de la Agricultura, de 13,4%, basado en un mayor volumen de las cosechas y en la buena resistencia de los precios de las commodities. La industria creció 0,9% y los servicios se mantuvieron estables (0%).
Las estimaciones del mercado prevén un crecimiento del PIB en torno al 0,5% este año. Aunque todavía no han tenido tiempo de incorporar plenamente el factor de incertidumbre que se instaló hace dos semanas, con la divulgación de una grabación en la que se oye al presidente Michel Temer conversando con un empresario sobre la supuesta compra del silencio de un ex diputado preso.
El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, celebró en una nota de prensa “un día histórico” para el país.
“Después de dos años, Brasil salió de la peor recesión en un siglo. En ese periodo, millones de brasileños perdieron sus empleos, millones de empresas quebraron y el Estado se encaminaba hacia la insolvencia. Brasil perdió la confianza de los inversores y la confianza en sí mismo”, escribió. “Aún queda camino por recorrer hasta alcanzar la plena recuperación económica, pero estamos en la dirección correcta”, agregó.
Los datos de estos últimos días podrían apuntalar su optimismo: el IBGE reveló el miércoles un inesperado retroceso del desempleo que azota al país (13,6%, o 14 millones de personas), en tanto que la inflación, que estaba desbocada hace dos años (10,67% en 2015) se sitúa ahora por debajo de la meta oficial de 4,50%.