La inflación en Venezuela llegará a 720,5% al cierre de este año, la mayor del continente americano y una de las mayores del mundo, estimó el Fondo Monetario Internacional en su informe semestral difundido esta semana. Pese a esto, la perspectiva para este año es algo mejor a la estimada en 2016, cuando el FMI proyectó que la inflación sería de 1.642%.
Pero el panorama para 2018 es peor: el organismo financiero mundial estimó una inflación de 2.068,5%, de lejos la más alta entre el centenar de países que evalúa en su informe.
En América Latina, la inflación de Venezuela está seguida de muy lejos por Argentina, que registrará 25,6% este año, mientras que la mayoría de países la mantienen controlada a un dígito.
La elevada inflación se combina con un desempeño económica negativo: Venezuela cerrará el año con un retroceso de 7,4%, en un contexto de crisis agravada por la caída de los precios petroleros y una economía de rígidos controles estatales.
Venezuela dejó de someterse a una revisión in situ por los expertos del FMI, un proceso denominado del Artículo IV, desde 2006, y el organismo reconoce que estimar la perspectiva económica del país es complicado.
Además del incremento desaforado de los precios, los venezolanos padecen una severa escasez de alimentos y medicinas, que ha revivido una ola de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.