El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ignoró este lunes la declaración que deberá hacer este martes ante un juez como reo y asistió a un congreso campesino con duras críticas al Gobierno de Michel Temer y casi en plan de “candidato”.
“Ellos nunca van a gobernar para ustedes. Para ellos, incluir a los pobres, como hicimos nosotros, es gasto. Para nosotros siempre será inversión”, declaró Lula sobre los severos recortes del gasto públicos aplicados por Temer.
“Ahora educación es gasto, salud es gasto, jubilación es gasto” y “todo eso es mentira”, declaró el ex presidente, quien hizo continuas alusiones a su gestión (2003-2010) y reforzó el mensaje de que “todo lo bueno que se vivió en Brasil puede volver a ocurrir”.
Lula se presentó ante unas 2.000 personas reunidas en un centro de convenciones para un congreso de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Agricultura (Contag) , cuyo presidente, Alberto Broch, le instó sin ambages a postular a la Presidencia.
“Una de las conclusiones de este congreso tiene que ser el total apoyo a la candidatura presidencial de Lula para 2018”, cuando se celebrarán las próximas elecciones, dijo Boch.
Lula fue recibido con coros que le han acompañado en toda su vida política, como “ole ola Lula”, “Brasil urgente, Lula presidente” y el más reciente “Fuera Temer”, acuñado por la izquierda brasileña contra el actual Gobierno, tras la destitución de Dilma Rousseff.
Sin embargo, resistió a las presiones y, aunque incidió en sus críticas al Gobierno de Temer, no aludió ni en forma indirecta a sus posibles aspiraciones de regresar al poder. Aclaró que tiene 71 años, pero está “dispuesto a volver a los 58 años”, edad que tenía cuando ganó las elecciones por primera vez.
Lula participó en el evento de los campesinos sin mencionar la cita que este martes tendrá en tribunales de Brasilia para declarar como acusado de intentar obstruir la acción de la Justicia en relación a la investigación del escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Ese proceso fue abierto sobre la base de declaraciones dadas por un ex senador del Partido de los Trabajadores (PT), quien aseguró que Lula le encomendó tratar de sobornar a uno de los ex directores de la empresa Petrobras que se ofrecieron para colaborar con la Justicia a cambio de una reducción de pena.
Además de esa causa penal, el ex presidente responde como reo en otros cuatro procesos, cada uno de ellos por presunta corrupción en asuntos vinculados a la trama destapada en la petrolera.
Según analistas políticos, su intención de adelantar su decisión de postular otra vez a la Presidencia pretende ser también un factor de presión sobre los tribunales e incluso fortalecer una defensa a la que ha dado un carácter mucho más político que jurídico.
De hecho, uno de los alegatos que más esgrime el ex mandatario es que los juicios abiertos en su contra son parte de una “persecución política” y “pretextos” para impedir que regrese al poder.