La Primera Dama de Estados Unidos, Melania Trump vuelve a dar que hablar, si bien es cierto, que está acostumbrada a llevar una vida de lujos y caprichos, mantener el nivel de vida de un millonario suele ser muy costoso. Y si además hablamos de la primera dama de los Estados Unidos, el gasto del gobierno federal puede llegar a ser desorbitado.
El gasto desde que llegara a la Casa Blanca Donald Trump ha aumentado considerablemente. El senador de la minoría demócrata en el Congreso, Chuck Schumer, ha incrementado la presión sobre el presidente de EEUU y el gobierno federal por aceptar los costes que supone mantener los 'respiros' de fin de semana de Trump en Florida, a la primera dama y su estancia en Nueva York, o a los hijos del magnate que viajan por todo el mundo ocupándose de negocios familiares y acompañados de personal de seguridad.
La CNN cifra en un millón de dólares diarios el precio que supone mantener los 200 agentes federales que protegen la Torre Trump. Schumer, sin embargo, rebaja la cifra diaria a la mitad, aunque estima que puede alcanzar los 180 millones de dólares anuales.
A este precio sin embargo, se le suma el último capricho de la primera dama, Melania, y de su hijo Barron, ya que ambos han decidido permanecer en Nueva York hasta que el niño finalice el curso escolar, lo que supondría un coste para las arcas del estado americano de unos 70 millones de dólares antes de medio año. Si se compara con las vacaciones del presidente Obama en ocho años de mandato, estas supusieron en total 96 millones de dólares, según Huffington Post.
A esto se suman además los viajes de cada fin de semana. La primera dama se reúne con Trump en su mansión de Florida y estos viajes no salen gratis. Según una investigación realizada por The Washington Post, asciende a tres millones de dólares el coste de cada escapada de la familia a Florida para disfrutar del fin de semana en su residencia de Palm Beach. Ese cálculo incluye los viajes del Air Force One, el traslado hasta el aeropuerto de Washington en helicóptero, los gastos de alojamiento y desplazamiento de los equipos de seguridad encargados de velar por el presidente y el resto de desembolsos relacionados con la protección de la primera autoridad del país.