Al menos unos 30 presidiarios murieron, decapitados y desmembrados, en un motín en una prisión de Brasil el sábado y domingo, aumentando el caos al interior del sistema penitenciario del país, que ha visto la muerte de más de 130 reos desde comienzos del año.
El más reciente brote de violencia ocurrió en la prisión Alcaçuz en el nororiental estado de Rio Grande do Norte, próximo a la capital Natal, informó el diario Folha de S. Paulo, citando al secretario de prensa del estado.
La causa de los enfrentamientos es un conflicto entre algunas de las bandas del narcotráfico más poderosas de Brasil, que pusieron fin a una frágil relación de trabajo hace unos seis meses.
Las muertes de este mes en uno de los motines más sangrientos de Brasil en décadas han expuesto las crecientes guerras territoriales entre las bandas Primeiro Comando da Capital (PCC) de Sao Paulo y el Comando Vermelho de Río de Janeiro, que podrían hundir aún más en la violencia al sistema penitenciario de Brasil. No estaba claro de inmediato que grupo estuvo detrás de las muertes del fin de semana.