Una dotación de 21 argentinos que investigarán el cambio climático arribó el martes a la Base Antártica Antártica Belgrano II, tras sucesivos vuelos de conexión, se informó.
Los científicos y militares enfrentarán una noche polar de cuatro meses de duración después de aterrizar a más de 4.500 kilómetros de Buenos Aires y a menos de 1.700 del Polo Sur, con temperaturas que pueden alcanzar los 35 grados Celsius bajo cero. Belgrano II es la más austral de las bases argentinas. Está situada al este del mar de Weddell, por lo que el personal recién llegado no tendrá contacto con personas fuera del grupo hasta que sean relevados en diciembre de 2017.
Para llegar aquí tuvimos que salir de Buenos Aires en un vuelo de Aerolineas Argentinas que nos dejó en Ushuaia; desde allí un avión de transporte Ilyushin-76 nos llevó en un vuelo de cuatro horas al aeródromo del Glaciar Unión donde un avión de conexión Basler BT-67 estaba esperando para llevarnos en un vuelo de tres horas a la pista de aterrizaje cinco millas de la Belgrano II, dijo el comandante de la base, el capitán del ejército Alejandro Hermosa. El viaje se completó con vehículos de transporte terrestre equipados para las condiciones locales.
La delegación estaba compuesta por 16 efectivos del Ejército, dos del Servicio Meteorológico Nacional dependiente de la Fuerza Aérea y tres científicos de la Dirección Nacional Antártica que trabajan en el Instituto Antártico Argentino.
La posición geográfica de Belgrano II permite hacer investigaciones sobre la capa de ozono, las auroras polares y otros fenómenos atmosféricos, y hay varios trabajos relacionados con la glaciología, explicó Hermosa. Agregó que algunos de los equipos necesarios para los estudios va a llegar por aerolanzamiento en los próximos días.
Lo más complicado durante la noche polar es el suministro de agua, sentenció Hermosa. Todos los días tendremos que salir a cortar bloques de hielo que tendremos que meter en la base para derretirlos, agregó. Belgrano II está bastante aislada y somos conscientes de que es muy difícil contar con ayuda externa en caso de cualquier contingencia, por lo que tenemos un médico y una enfermera en la base.