El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva será juzgado por cargos de corrupción, determinó el martes un magistrado, sumando más turbulencia al caótico escenario político local
Sergio Moro dijo que Lula, presidente entre el 2003 y el 2011 y la figura política más influyente de Brasil durante las últimas dos décadas, será juzgado por sospechas de que aceptó 3,7 millones de reales (1,11 millones de dólares) en sobornos como parte del gigantesco escándalo de la petrolera local Petrobras.
La sucesora de Lula, Dilma Rousseff, fue declarada culpable por el Senado de violar las leyes presupuestarias y destituida el mes pasado.
El ex vicepresidente Michel Temer, quien asumió como mandatario, ha inclinado al país hacia la derecha política y ortodoxia económica en un intento por poner fin a la peor recesión que enfrenta Brasil desde la década de 1930.
La decisión de Moro podría evitar que Lula protagonice un regreso político en la campaña para las elecciones presidenciales del 2018.
También podría acabar con las esperanzas del Partido de los Trabajadores (PT) de volver al poder, o de hasta sobrevivir, según algunos expertos. Pese a las acusaciones de corrupción que enfrentan el PT y varios de sus ex aliados de coalición, recientes encuestas mostraron que Lula sigue siendo uno de los candidatos preferidos para el 2018.
Lula fue acusado de tres cargos de corrupción, que conllevan una sentencia máxima de 16 años cada uno, y tres de lavado de dinero, con una posible condena de hasta 10 años por cargo. Sin embargo, si es hallado culpable la sentencia será determinada por el juez.