Más de 120 republicanos entregaron una carta al presidente del partido con la petición de que deje de financiar la campaña a la Casa Blanca del magnate Donald Trump, que consideran perdida.
En la misiva, los 123 firmantes, entre los que hay media docena de hispanos, aseguran que la mera presencia de Trump amenaza en convertir las elecciones de noviembre, no solo las presidenciales, en una “victoria arrolladora” de los demócratas.
Actualmente, los republicanos mantienen una cómoda mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, que según la carta podrían esfumarse en favor del partido de Hillary Clinton, el Demócrata.
Una de las firmantes de la carta, Sharon Castillo, quien trabajó como asesora en las campañas presidenciales republicanas de George W. Bush en 2004 y Mitt Romney en 2012, afirmó que la campaña de Trump “se está hundiendo” y que “puede causar una debacle” en su camino.
Según Castillo, la misiva representa un “pedido respetuoso” al presidente del partido, Reince Priebus, a que reasigne los fondos disponibles a “contiendas congresales en peligro” y advirtió que, de no hacerlo, la responsabilidad de perder el control de las cámaras recaerá sobre la dirección republicana.
“Si se llega a perder el Congreso, gran parte de la responsabilidad recaerá sobre el partido. Ellos tendrán que vivir con esta realidad”, afirmó Castillo, quien reveló que todavía no han recibido una respuesta de Priebus.
Más allá del motivo estratégico de mantener el Congreso, Castillo explicó que hay un trasfondo político de oposición a un candidato que “no es conservador”, no está preparado para la política pública y que supone una “vergüenza” ante el escenario internacional.
También mencionó sus continuos insultos a los inmigrantes y “el cuento” del muro con México.
La carta está suscrita por los representantes a la Cámara Scott Rigell y Reid Ribble, así como el ex senador Gordon Humphrey y otros siete ex congresistas, como Chris Shays, Tom Coleman y Vin Weber.
Algunos, como Shays, ya han anunciado que votarán por la demócrata Hillary Clinton en noviembre, mientras que Rigell lo hará por el libertario Gary Johnson, una opción que despunta en las encuestas con un apoyo de entre el 5 y el 10%.
Otros de los hispanos que han firmado la carta junto a Castillo son Rosario Marín, ex tesorera de EE.UU. bajo la Presidencia de George W. Bush, o Rudy Fernández, que también sirvió durante ese periodo como asistente en la Oficina de Asuntos Intergubernamentales.
También el ex presidente de la Asamblea Hispana Nacional Republicana, Danny Vargas; y Ricardo Reyes, ex funcionario de la Administración Bush y presidente de la organización Republicanos por Clinton (R4C16) .
Aunque muchos de los firmantes no votarán por Trump y algunos han mostrado su intención de hacerlo por otros, la misiva tan solo se centra en defender las mayorías republicanas en el Congreso y remarca que no supone un “apoyo a nadie” más.
“Esta no debería ser una decisión difícil ya que las posibilidades de que Trump resulte electo se evaporan cada día que pasa”, concluye la misiva.
La petición se suma a otra carta suscrita por medio centenar de ex altos cargos republicanos que ocuparon puestos de seguridad nacional y divulgada la semana pasada en la que expresaron su oposición a Trump por suponer un “peligro”, precisamente, a la seguridad del país.