Las tensiones internas en el Mercosur por la situación de Venezuela vuelven a sumir al grupo en la incertidumbre tras la conclusión de la presidencia pro tempore de Uruguay y el anuncio de Caracas de que toma el mando del bloque sin que exista consenso.
El viernes pasado Uruguay remitió una nota diplomática al resto de los miembros (Argentina, Brasil, Paraguay y Venezuela) anunciando que dejaba la presidencia del Mercosur, pero sin mencionar el traspaso a Caracas, al que le corresponde asumir el liderazgo en virtud del orden rotativo alfabético que estipulan sus estatutos.
Acto seguido, Venezuela comunicó al resto de socios que asume la presidencia pro tempore a través de una carta remitida por la Cancillería a sus homólogas. Sin ningún acto o comunicación explícita de traspaso, queda en el aire el reconocimiento de los Estados miembros a este anuncio de Caracas.
Las intentonas diplomáticas impulsadas por Uruguay para buscar una salida a las diferencias de los socios no dieron resultado y no hay visos de que en el corto plazo se desatasque la situación, tal como opinó el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, en declaraciones públicas.
Es más Astori se refirió a un punto neurálgico del grupo y es el impedimento de lograr acuerdos con terceros países o bloques sin el consenso del resto del grupo. Es decir cada miembro tiene poder de veto y por ejemplo la Argentina de Cristina Fernandez, lo ejerció o amenazó con él en repetidas ocasiones.
Ahora tanto Argentina como Brasil, Uruguay y Paraguay están decididos a estrechar relaciones con el espacio comercial y económico más exitoso y de reciente aparición, la Alianza del Pacífico, que integran Chile, Perú, Colombia y México. En pocos años la alianza ha logrado avanzar más en integración comercial y acuerdos arancelarios que el Mercosur en su cuarto de siglo.
“Si los países del Mercosur no buscan el camino para salir de la región y hacer acuerdos con países, bloques de otras partes del mundo, entonces yo diría que el Mercosur estará perdido para siempre”, dijo Astori sobre este aspecto el viernes.
Paraguay confirmó su oposición frontal con el canciller, Eladio Loizaga, quien dijo que su país no reconoce la decisión “unilateral” de Venezuela de asumir la presidencia del Mercosur y considera que Argentina sería el miembro adecuado para ocupar la vacante dejada este viernes por Uruguay.
Loizaga también dijo el pasado viernes que su país “no va a acompañar ningún quórum” para buscar consensos para traspasar la presidencia a Venezuela.
El otro Estado miembro reacio a la asunción de Caracas es Brasil, cuyo mensaje al respecto es más moderado. El presidente interino de Brasil, Michel Temer, dijo que Venezuela debe completar primero el proceso de adaptación al Mercosur, para luego ser considerado como miembro pleno del bloque y entonces poder asumir su presidencia rotativa.
“Brasil no está exactamente oponiéndose a que se transfiera la presidencia a Venezuela”, pero “está ponderando que, para ser parte integral” del bloque, “tiene que cumplir requisitos pactados hace cuatro años, que aún no ha cumplido”, declaró Temer en una rueda de prensa.
Asimismo, la postura de Argentina ha sido ambigua durante el proceso de debate ya que si bien el presidente Mauricio Macri se ha mostrado crítico con la situación de los derechos humanos en Venezuela, la canciller argentina, Susana Malcorra, apoyó a Uruguay en su decisión inicial de traspasar la presidencia del Mercosur al país que le correspondía.
Las desavenencias entre Paraguay -el país más crítico- y Venezuela no son nuevas y basta con remontarse a 2012 para encontrar algunas explicaciones a la situación actual.
El 29 de junio de ese año, Paraguay fue suspendido como miembro del Mercosur en “castigo” a la destitución por el Congreso de ese país del entonces presidente Fernando Lugo, un acto que fue interpretado por el bloque como una “ruptura” del orden democrático.
En aquel contexto, Venezuela se encontraba en proceso de adhesión al Mercosur, algo que no se acababa de concretar debido a que Paraguay, cuyo Congreso había declarado “persona non grata” a Maduro en 2012, no ratificaba dicha adhesión.
Con Paraguay suspendida del bloque, Venezuela -tras seis años de espera- pasó a formar parte del Mercosur como miembro pleno, algo que se oficializó en una cumbre extraordinaria del grupo que se celebró en Brasilia.
El momento actual de incertidumbre en el Mercosur se produce cuando el bloque busca mejorar sus relaciones comerciales en el exterior, principalmente a través de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y con una ampliación de los convenios arancelarios con la India, negociaciones ambas en las que Venezuela no participa.