El presidente interino de Brasil, Michel Temer, propuso el miércoles una enmienda constitucional para limitar el crecimiento del gasto público por hasta 20 años, una de las reformas fiscales de más largo alcance en décadas diseñada para frenar un enorme aumento de la deuda pública.
Si el Congreso aprueba la reforma, el Gobierno de Brasil -así como el Poder Legislativo y el Judicial-, estarán obligados a limitar el crecimiento anual del gasto a la tasa de inflación del año previo, detalló un comunicado del Ministerio de Hacienda.
La iniciativa significó un triunfo para los miembros de línea más dura del gabinete, liderados por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, que se impuso a los llamados de una facción que presionó en favor de un límite más laxo.
Meirelles dijo en una rueda de prensa que esta medida es necesaria para restaurar la confianza de los inversores y que el periodo será lo suficientemente largo como para que tenga un impacto en los niveles de deuda pública.
Brasil informó un déficit fiscal de más de 10% de su Producto Interno Bruto el año pasado, mientras la economía sufre su peor recesión en décadas. El rápido deterioro de las cuentas públicas le costó al país su preciada calificación crediticia de grado de inversión.
Meirelles dijo que el tope del gasto podría flexibilizarse tras 10 años, para cuando el Gobierno espera que la situación de la deuda pública del país haya mejorado.
Las instituciones federales que no cumplan con el techo de gasto no podrán contratar nuevos empleados, agregó.
El líder de la coalición gobernante de Temer en la Cámara baja, André Moura, dijo a Reuters que la enmienda constitucional fue bien recibida por los líderes del Congreso y será presentada en el Parlamento dentro de 60 días.