Entre 25 y 30 millones de personas en América Latina pueden regresar a la pobreza empujadas por la desaceleración económica y la ausencia de una red de políticas públicas consistentes, alerta un informe divulgado este martes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El informe, Progreso Multidimensional: bienestar más allá del ingreso, señala que las políticas públicas de hace una década, que se basaron en la educación y la creación de empleo y que ayudaron a reducir la pobreza, aunque sin eliminar la desigualdad social, son insuficientes hoy en día, porque el mercado laboral está saturado y los países se han topado con un techo fiscal.
Además, esas políticas no consiguieron generar la necesario resistencia en dos de cada cinco latinoamericanos (el 40% de la población total), que a día de hoy son vulnerables a cualquier situación adversa como una recesión económica, un desastre natural o un problema de salud.
Corremos el riesgo de retroceder los logros sociales que hemos alcanzado en los últimos 10 años, dijo la directora del PNUD para América Latina y el Caribe, Jessica Faieta, durante la presentación en la capital panameña.
Entre 2003 y 2013, precisó Faieta, la pirámide social, laboral y económica de la región se transformó con la salida de 72 millones de latinoamericanos de la pobreza y la entrada de 94 millones de personas en las clases media.
Sin embargo, la tendencia se ha ido reduciendo en los últimos tres años, y por primera vez en una década ha aumentado el número absoluto de personas pobres, es decir, aquellas que viven con menos de US$4 al día, de acuerdo al PNUD.
El organismo de las Naciones Unidas estima que en 2016 se hubiesen sacado de la pobreza a un 80% menos de personas que en los años del bum económico, aunque la región no hubiese entrado en crisis y hubiese seguido creciendo a una tasa anual del 4%.
América Latina ha sido muy innovadora en los últimos 15 años en temas de política social y laboral, pero nosotros creemos que hoy más de lo mismo, más crecimiento económico, no generará necesariamente más reducción de pobreza o desigualdad, o al menos al mismo ritmo que el pasado, sostuvo por su parte el principal autor del informe y economista jefe del PNUD, George Gray.
Para evitar la recaída económica de 30 millones de personas, el organismo internacional recomienda a los gobiernos repensar la noción tradicional de progreso y abandonar las políticas públicas que tengan al producto interno bruto (PIB) per cápita como único indicador de desarrollo.
El PIB per cápita, añade el informe, subvalora los logros sociales y no mide aspectos importantes para el bienestar como la seguridad, la calidad del empleo, la igualdad o la conservación del medioambiente, entre otros.
De acuerdo con el documento, las nuevas políticas públicas tienen que aumentar la capacidad de resistir de los ciudadanos y centrarse en mejorar cuatros factores fundamentales: protección social, sistemas de cuidado, calidad laboral y acceso a activos físicos y financieros, como una casa, un vehículo o una cuenta de ahorro, que actúan como colchones durante la crisis.
Los determinantes de salida de la pobreza son distintos que los determinantes de recaída a la pobreza, concluyó la directora regional del PNUD.