Keiko Fujimori es la favorita para ganar el ballottage presidencial del domingo en Perú, que disputa con Pedro Pablo Kuczynski, en una pelea entre candidatos conservadores que prometen sostener el rumbo económico que respaldan los mercados y donde el eventual regreso de una miembro de una familia desata pasiones a favor y en contra.
Keiko, de 41 años, y representante de la derecha populista, tiene una diferencia mínima estadísticamente, de acuerdo a las últimas encuestas sobre su rival, el ex ministro de Economía y ex funcionario del Banco Mundial, de 77 años, a quien muchos ven como un tecnócrata alejado de las necesidades populares, pero otros prefieren como única opción frente al regreso de Fujimori, que podría convertirse en la primera mujer presidente de Perú.
De hecho, 15% de los electores se mantiene indeciso, y hacia ellos fueron los mensajes de los últimos actos de campaña, que cerró ayer como un duelo entre fujimorismo y anti/fujimorismo, sin casi propuestas concretas.
Si la China sucede al presidente Ollanta Humala, con baja popularidad a pesar del sostenido crecimiento económico durante su mandato, lo hará más de quince años después de que su padre, Alberto Fujimori, fuera destituido y condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción.
La candidata consiguió consolidarse por el fuerte apoyo que tiene aún el gobierno de su padre en segmentos populares, que reivindican su lucha contra la guerrilla de Sendero Luminoso, y a pesar de las protestas de organizaciones civiles y estudiantiles que se movilizaron en rechazo a su figura, a la que asocian con los métodos autoritarios de su progenitor y acusan de buscar su perdón en la justicia. Ella lo desmiente. Las simpatías por Keiko aumentan cuanto más bajo es el nivel económico y de instrucción del votante, según los sondeos.
Keiko, que actuó como primera dama tras la traumática separación de sus padres en la década del 90, ganó en la primera vuelta electoral el pasado 10 de abril con 39,85% de los votos y obtuvo mayoría parlamentaria. Kuczynski, cuyos adversarios lo atacan por su elevada edad, obtuvo 21% de los sufragios. Pero el hombre que estudió economía en la Universidad de Oxford y vivió gran parte de su vida en el exterior –por lo que su apodo es el 'gringo’– acortó la distancia con el respaldo que le otorgó la candidata de izquierda Verónika Mendoza que se alzó con 18% en la primera vuelta y otras agrupaciones, como un sector del Partido Aprista.
Ironía de la política, Kuczynski tuvo que explicar en la campaña porqué le dio su apoyo a Keiko en el balotaje de 2011 contra Humala, visto por entonces como un cuco por los mercados por su cercanía con el chavismo, del que luego se distanció.
La candidata favorita sufrió en el último tramo de campaña otro golpe, con las revelaciones de que la agencia estadounidense contra al narcotráfico DEA y la Fiscalía peruana investigaban por presunto lavado de dinero a un jefe de su partido Fuerza Popular (FP) Joaquín Ramírez, lo que derivó en su renuncia.
Hay un compromiso moral muy fuerte en FP de superar la etapa del pasado, dijo el dirigente cercano a Keiko, Vladimiro Huaroc a la prensa extranjera, al referirse a las irregularidades y abusos que marcaron la década de Fujimori en el poder. La llegada a la presidencia será una gran oportunidad para que el fujimorismo se reivindique en el país, completó Huaroc, contra la advertencia de su rival del riesgo de que se transforme en un narco-estado.