La periodista azerbaiyana Khadija Ismayilova, condenada a siete años de cárcel y ganadora del premio Guillermo Cano de la Unesco por la Libertad de Prensa, pidió a los periodistas persistir en su función de cuestionar a la autoridad.
El discurso de Khadija Ismayilova fue leído por su madre Elmira Ismayilova en Helsinki, Finlandia, donde la Unesco celebra este martes el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Su hija está en la cárcel desde el 2014 condenada por cargos de malversación de fondos, evasión fiscal, actividades comerciales ilegales y abuso de poder.
“Somos degradados y deshumanizados en ataques a nuestros derechos fundamentales, por el respeto a la justicia. Debemos luchar por la libertad de expresión”, afirmó Khadija en su discurso leído por su madre. Además insistió en que ella fue condenada sin una sola prueba en su contra en un juicio en el que la prensa no tuvo acceso y cuyo fallo estuvo “cantado” desde hace dos años.
El “pecado” de Khadija fue investigar la corrupción del presidente de Azerbaiyán así como de su familia en una ex-república soviética. “Defiendan la verdad, atrévanse a hacer preguntas y sean críticos. No acepten excusas por presos políticos. Las sociedades no pueden desarrollarse sin escrutinio y la crítica pública. El disenso no es excusa para ir la cárcel. Combatan a la corrupción. No tengan miedo, el sacrificio lo vale”, fue el mensaje leído para sus colegas periodistas.
Antes de ser detenida, la reportera sufrió el chantaje de unos desconocidos que ocultaron una cámara en su dormitorio y amenazaron con publicar vídeos de contenido sexual en los que aparecen ella y su novio, si no dejaba de investigar a la familia presidencial.
Las amenazas no lograron silenciar a Ismayilova, quien continuó sacando a la luz las propiedades ocultas del presidente azerbaiyano hasta el momento de su detención, por lo que los chantajistas anónimos finalmente colgaron los vídeos en internet.
El Premio Mundial de Libertad de Prensa de la Unesco, creado en 1997 y dotado con 25.000 dólares, debe su nombre al periodista colombiano Guillermo Cano Isaza, asesinado en Bogotá en 1986 frente de las oficinas del periódico que dirigía, “El Espectador”.
Este galardón se entrega anualmente a una persona, organización o institución que haya realizado una contribución destacada a la promoción de la libertad de prensa en cualquier lugar del mundo, especialmente en circunstancias peligrosas.
Las celebraciones del Día Mundial de la Libertad de Prensa tienen lugar este año en Finlandia para conmemorar el 250 aniversario de la promulgación, en 1766, de la primera ley de libertad de información de la historia, redactada por el sacerdote finlandés Anders Chydenius.
Finlandia encabeza desde 2010 la lista de países con mayor libertad de prensa del mundo que elabora anualmente Reporteros Sin Fronteras (RSF), pero ese puesto de honor se ha visto empañado recientemente a raíz del escándalo de los papeles de Panamá.
El ministro finlandés de Economía, Alexander Stubb, y las autoridades fiscales del país nórdico han exigido a la radiotelevisión pública YLE que entregue todo el material de los papeles de Panamá relacionado con ciudadanos finlandeses.
Ante la negativa de YLE, que alega su obligación de proteger a las fuentes, las autoridades fiscales amenazaron a los dos periodistas que desvelaron la trama finlandesa del escándalo de Panamá con realizar registros en sus oficinas y hogares para confiscar ese material.
Numerosas organizaciones, entre ellas RSF y el sindicato finlandés de periodistas, han criticado a las autoridades del país nórdico por pretender violar el secreto de las fuentes, uno de los pilares del periodismo.
“Si las autoridades realizan inspecciones de documentos que los medios han obtenido bajo el secreto de la fuente o incluso si amenazan con hacerlo, entonces Finlandia ya no puede ser considerado un país libre e independiente en términos de libertad de prensa”, denuncia RSF.