Desde la aprobación por el gobierno cubano encabezado por Raúl Castro, en marzo de 2014, de una nueva ley de Inversión Extranjera se abrió la economía de la isla a un gran número de oportunidades de inversión, en sectores como el transporte, el turismo, la energía, la sanidad o las telecomunicaciones. Los principales países del mundo se lanzaron en carrera por colocar a sus empresas como candidatas a los proyectos que se van a llevar a cabo.
Las autoridades cubanas aseguran que el país necesita una inversión extranjera aproximada de unos 2.245 millones de Euros al año para sostener su desarrollo económico.
Para potenciar estas inversiones, el Ejecutivo cubano aprobó una serie de incentivos fiscales a las empresas que decidan invertir en el país, fundamentalmente a través de empresas mixtas con compañías locales o por la vía de las asociaciones económicas internacionales, pero también en proyectos con capital 100% extranjero, de forma excepcional.
Un estudio recopila y analiza todos estos incentivos por primera vez. En el documento se detallan los principales tributos cubanos y los beneficios fiscales a los que pueden acceder las empresas extranjeras que desembarquen en el país. El principal es una exención de 8 ó 10 años en el Impuesto sobre Utilidades
Por otra parte Cuba creó en 2013 la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, donde las empresas tendrán más incentivos fiscales que en el resto del país. Esta localización cuenta con el puerto de contenedores más moderno del entorno -preparado ya para los buques Post Panamax, los más grandes del mundo, que necesitan más profundidad que los 12,5 metros del Canal de Panamá-.
La Ley de la Inversión Extranjera exime del pago del Impuesto a las empresas mixtas y a las partes en contratos de colaboración económica internacional por un período de ocho años a partir de su constitución. Este plazo será prorrogable. Una vez vencida la exención, las empresas que inviertan en Cuba pasarán a tributar por un tipo reducido del 15%, 20 puntos por debajo del tipo general del impuesto, que asciende al 35%. Eso sí, cuando se trate de la explotación de recursos naturales, renovables o no, puede aumentarse el tipo hasta el 50%.
En la Zona de Mariel, las empresas tendrán unas vacaciones fiscales en el Impuesto sobre utilidades de 10 años, dos más que en el resto de la isla. Además, después tributarán al 12%, tres puntos menos que el resto. Asimismo se establece la exención arancelaria de todos los equipos, maquinarias y otros medios que se vayan a importar a Cuba y se destinen al proceso inversionista de las empresas.
La Ley también dispone que ”se exime del pago del Impuesto (...) a los inversores extranjeros socios en empresas mixtas o partes en contratos de asociación económica internacional, por los ingresos obtenidos por los dividendos o beneficios del negocio. Igualmente existen beneficios para la contratación de mano de obra.
El Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera va actualizando la Cartera de Oportunidades de Cuba. El número de negocios que contiene asciende a 326, la mayoría de ellos centrado en los sectores turísticos, en el petróleo, el agroalimentario, la industria, el transporte y la construcción. Cuba ha querido de alguna manera poner cierto orden en el flujo de la inversión que esperan recibir”