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Reunión financiera del G20 con agenda plena en el ojo de la tormenta

Viernes, 26 de febrero de 2016 - 10:55 UTC
Christine Lagarde, FMI, y Ángel Gurría, OCDE abrirán la agenda en Shanghái en un foro previo a la inauguración formal del encuentro del G20 Christine Lagarde, FMI, y Ángel Gurría, OCDE abrirán la agenda en Shanghái en un foro previo a la inauguración formal del encuentro del G20

Las turbulencias de los mercados financieros, la caída de los precios del crudo, los posibles estímulos al crecimiento mundial y la situación económica del país anfitrión, China, acapararán la atención en la reunión financiera del G20.

 Los ministros de Economía y Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de las veinte principales economías desarrolladas y emergentes del globo participarán en este encuentro de dos días en Shanghái, epicentro del terremoto bursátil que ha sacudido los mercados de medio mundo desde hace seis meses.

Los máximos responsables del FMI, Christine Lagarde, y la OCDE, Ángel Gurría, abrirán la agenda en Shanghái en un foro previo a la inauguración formal del encuentro del G20 donde el ministro español de Economía en funciones, Luis de Guindos, explicará las reformas que se han llevado a cabo en España en los últimos años.

La necesidad de potenciar el crecimiento mundial será una de las prioridades en la agenda del encuentro, después de los llamamientos a estimular la economía mundial lanzados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) .

“Existen mayores riesgos de que la recuperación descarrile, en un momento en que la economía global es altamente vulnerable a choques adversos”, subrayó el FMI en un informe publicado de cara a la cumbre ministerial.

El FMI pidió a los asistentes a la reunión financiera del G20 “acciones multilaterales valientes para estimular el crecimiento y contener el riesgo” ante la ralentización en muchos países emergentes y la modesta recuperación en los avanzados.

Los emergentes, motor del crecimiento mundial desde la crisis financiera de 2008, llegan a la cita de Shanghái más presionados que nunca en los ocho años de existencia de este foro, que nació precisamente para dar más voz a su pujanza en la economía internacional.

Arrastrados por la caída de los precios del petróleo y otras materias primas, Brasil y Rusia están en recesión y el Sudeste asiático va pisando el freno.

La desaceleración estructural de China, segunda economía mundial y principal contribuyente al crecimiento global de la última década, ha puesto nerviosos a los mercados, también preocupados por la devaluación de su moneda, el yuan, y la enorme volatilidad de sus bolsas.

Los dirigentes chinos, poco dados a las comparecencias públicas, tendrán en Shanghái la oportunidad de salir a la palestra, tranquilizar a gobiernos e inversores y convencerles de que Pekín está a los mandos de la transición económica que atraviesa el país al tiempo que su crecimiento se desacelera a su nivel más bajo en 25 años.

Los reguladores del gigante asiático están ansiosos por despejar las dudas sobre su economía, que se desangra con un trasvase de capitales en busca de un refugio más seguro en los países desarrollados. Los diferentes rumbos en las políticas monetarias de las principales economías serán otro tema a tratar en Shanghái, ya que mientras que Estados Unidos subió los tipos de interés en diciembre, por primera vez desde 2006, el Banco de Japón sorprendió en enero al dejarlos en negativo.

A ellos se suma el Banco Central Europeo (BCE) , que espera aplicar más estímulos en marzo para apuntalar la recuperación de la Unión Europea y la eurozona.

El principal foco de incertidumbre del bloque europeo en esta ocasión, sin embargo, no es su economía, sino la posibilidad de que el Reino Unido abandone la UE (el llamado “Brexit”) tras el referéndum convocado para el 23 de junio.

Las fluctuaciones en los mercados de divisas y la inestabilidad de las plazas bursátiles de referencia en el mundo son otras cuestiones que estarán sobre la mesa en Shanghái, junto con la necesidad de coordinar esfuerzos para relanzar el crecimiento económico global.

La OCDE, que también presentará en Shanghái un informe con propuestas de reformas para mejorar la competitividad y la productividad, anticipó la semana pasada un estancamiento del crecimiento global en un 3% para este año, por la ralentización de los emergentes y la modesta recuperación de los avanzados.

Más optimista es el FMI, que, incluso después de una rebaja en sus previsiones previas, estima un alza de un 3,4% para este ejercicio y de un 3,6% para 2017 en su último informe de “ Perspectivas Económicas Globales”.

Categorías: Economía, Internacional.