Por Jaime Mario Trobo (*) - Hace tiempo que venimos afirmando que Uruguay debe fortalecer sus lazos y contactos con un territorio vecino, parte de nuestro continente americano en el cono sur, en el que viven familias que llegaron a nuestra región en la primera mitad del SXIX, y con quienes los contactos, otrora muy intensos, se han vuelto pocos, especialmente en las ultimas décadas.
Se trata de un lugar cercano pero lejano, si bien está apenas a dos horas y poco de avión de Montevideo, la regularidad con la que hoy desde Montevideo se puede tener contacto es nula frente a la que existió en el correr del SXX. Entre Montevideo y Stanley capital de las Falkland o Malvinas como se entienda pertinente llamarle, hoy es imposible viajar directo, sin embargo, hasta la década de 1970 cubrieron esta ruta con regularidad desde el puerto de nuestra capital los vapores “Lafonia” de unos 100 metros de eslora y también el “Fitz Roy” y el “Darwin”, los que en distintas épocas combinaban pasajeros y carga.
El contacto permanente con Montevideo trazó vínculos sociales, económicos, comerciales que están de manifiesto en muchos detalles que pueden conocerse en las islas hoy día, a pesar del tiempo. Es que los vínculos intensos y profundos no se pueden desarticular en poco tiempo y por capricho, perduran en la medida que han provisto de beneficios mutuos a quienes los han mantenido.
El escudo que indicaba el Consulado Uruguayo en las Islas que se conserva en el museo de Stanley, las voces rurales que se han adherido a los modos del campo y que tienen su origen en nuestra campaña, las fotografías y filmaciones de bodas cuyas lunas de miel se realizaban en Uruguay, muchas de ellas en el Balneario Solís, los comentarios animados de quienes estudiaron en el British de Montevideo su secundaria porque en las Islas solo había enseñanza primaria. Las innumerables familias que atendieron en el Hospital Británico de Montevideo a pacientes venidos de allí y las relaciones familiares que se anudaron en esos vínculos. Estos son algunos de los ejemplos de esos links que perduraron en el tiempo, que hicieron historia y que lamentablemente en las últimas décadas fueron disminuyendo.
En los últimos años, contrariando la lógica y el interés de nuestro país y sus emprendedores, nuestro gobierno fue tomando medidas inamistosas con la población de las Islas. Secundó las acciones de “bloqueo” que desplegó el gobierno de Argentina contra esta población vecina, adhiriéndose a un procedimiento que proclamó a viva voz rechazar en otros casos como es el de EEUU a Cuba. Todo vínculo con las Islas era desestimulado al punto de que podemos verificar que Uruguay perdió cientos de millones de dólares de servicios logísticos, mercaderías y productos, inversiones en nuestro país de los isleños, en fin, todo lo que provee una buena vecindad y la facilitación de los intercambios. En este tema, sin perjuicio de mantener la posición histórica de Uruguay sobre el diferendo en relación a la soberanía de las Islas, nuestro país debe actuar con autonomía, mirando primero por su interés y el de nuestros interlocutores que seguramente ven en Uruguay el ambienta más confiable y menos agresivo para desarrollar sus vínculos con la región.
Insistimos en la necesidad de reavivar los vínculos. No podemos perder el tiempo, es probable que pronto sean varios los que quieran ofrecer a esa comunidad vecina aumentar sus contactos y beneficiarse mutuamente de ello. Chile ha tenido una posición privilegiada, porque ha actuado con pragmática, y es desde su territorio que el mundo llega a las islas, por qué el Uruguay no puede hacer lo mismo?, para ellos solo basta que las autoridades no miren con recelo ni pongan obstáculos a los mecanismos y medios de comunicación que permitan fortalecer la relación.
El tránsito de personas es con la velocidad de las comunicaciones aéreas un fabuloso instrumento integrador en el mundo moderno. Montevideo es la capital americana geográficamente más cercana de Stanley y una línea que las una, al menos una vez a la semana sería una potente ayuda para la integración de la población de las islas a nuestro continente. Y ello sería además muy beneficioso para Uruguay y para ellos.
(*) Jaime Trobo, Representante Nacional
Miembro de la Comisión de Asuntos Internacionales
Cámara de Representantes-Uruguay