El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, consolidó este fin se semana su lucha contra el cambio climático, una prioridad de su mandato, con el histórico acuerdo universal de la cumbre del clima de París (COP21), del que dijo puede ser “un punto de inflexión”.
”Juntos hemos mostrado lo que es posible cuando el mundo se une”, destacó Obama en una breve declaración desde la Casa Blanca al valorar el “fuerte” y “ambicioso”, aunque “no perfecto”, acuerdo alcanzado en París.
El acuerdo de París, en el que cerca de 200 países, tanto desarrollados como en desarrollo, se comprometen de manera histórica a transitar de manera conjunta hacia una economía baja en carbono, “establece el marco duradero que el mundo necesita para resolver la crisis climática”, enfatizó el presidente estadounidense.
“Lo que importa es que hoy podemos estar más seguros de que el planeta va a estar en mejor forma para la nueva generación”, destacó Obama, para quien este acuerdo puede ser “un punto de inflexión para el mundo” en cuanto a la lucha contra el cambio climático.
“Este acuerdo representa la mejor oportunidad que hemos tenido para salvar al único planeta que tenemos”, anotó también.
Su objetivo es mantener la temperatura media mundial “muy por debajo” de dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, aunque los países se comprometen a llevar a cabo “todos los esfuerzos necesarios” para que no rebase los 1,5 grados y evitar así “los impactos más catastróficos del cambio climático”.
El acuerdo adoptado en París es legalmente vinculante, pero no la decisión que lo acompaña ni los objetivos nacionales de reducción de emisiones.
Antes de la cumbre de París, a cuyas sesiones inaugurales asistió Obama la semana pasada, el mandatario ya había formalizado la meta de EE.UU., que consiste en reducir para 2025 sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26 y un 28% respecto a los niveles de 2005.
Además, en agosto pasado, Obama presentó el denominado “Plan de Energía Limpia”, que plantea que EE.UU. reduzca para 2030 en un 32% las emisiones de carbono de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005.
Sin embargo, una coalición de 24 estados, en su mayoría muy dependientes de la industria del carbón, está tratando de bloquear ese plan en los tribunales.
Asimismo, los republicanos han aprobado recientemente en el Congreso, donde tienen mayoría en ambas cámaras, resoluciones contra los límites de emisiones fijados en ese “Plan de Energía Limpia”.
La mayoría de los republicanos, entre ellos varios aspirantes a ser el candidato presidencial del partido en las elecciones de 2016, han criticado las políticas del Gobierno de Obama para combatir el cambio climático y algunos de ellos cuestionan incluso la existencia del calentamiento global.
En un comunicado divulgado el domingo, el presidente del comité sobre Medio Ambiente del Senado, el republicano Jim Inhofe, sostuvo que EE.UU. “no está legalmente obligado” a cumplir ningún acuerdo sobre reducción de emisiones contaminantes que no haya sido ratificado por el Congreso del país.
En Estados Unidos “tenemos a un Partido Republicano que está mucho más interesado en las contribuciones procedentes de la industria de los combustibles fósiles que preocupado por el futuro del planeta”, advirtió el senador y aspirante presidencial demócrata Bernie Sanders.
“El planeta está en crisis. Necesitamos una acción audaz en un futuro muy cercano y esto (el acuerdo de París) no proporciona eso”, comentó Sanders en un comunicado divulgado por su campaña.