La presidente del Brasil Dilma Rousseff y su vice Michel Temer dijeron este miércoles que quieren tener una relación “extremamente provechosa” y “fértil”, en una especie de armisticio a las hostilidades que los distanciaron en los últimos días.
Fue la primera reunión de ambos luego de la publicación de una dura carta de Temer en la que dijo que sentía “desconfianza y menosprecio” por parte de la mandataria y que durante el primer mandato fue “un vice decorativo”.
Esas declaraciones agravaron la grave situación política que enfrenta Rousseff, con la posibilidad de enfrentar un juicio político y su remoción del poder.
“En nuestra conversación, el vicepresidente Michel Temer y yo decidimos que tendremos una relación extremamente provechosa, tanto personal como institucionalmente, siempre considerando los mayores intereses del país”, dijo Rousseff en una nota.
“Acordamos la presidenta y yo que tendremos una relación personal institucional y la más fértil posible”, se limitó a decir Temer al salir del palacio de gobierno.
El canal Globo informó, citando asesores, que ambos decidieron que el tema del impeachment (juicio político de destitución) no será abordado en sus reuniones y que Temer no tendrá que hacer declaraciones públicas a favor del gobierno, pero tampoco trabajará a favor de la destitución de Rousseff.
Temer es presidente del PMDB, un poderoso partido de centro clave para la supervivencia del gobierno y cada vez más divido en sus afectos. A él pertenece también el jefe de la cámara de Diputados y enemigo de Rousseff, Eduardo Cunha quien abrió el camino para impulsar el 'impeachment' en la Cámara Baja.
En caso de remoción de Rousseff, Temer asumiría la presidencia de Brasil, aunque el proceso recién comienza y puede resultar muy largo y agotador. El PMDB le asegura mayoría a la coalición de Rousseff, pero comienzan a emerger divisiones en el partido que también rescató a Lula da Silva más de una vez en sus ocho años de gobierno.