El primer ministro británico, David Cameron, anunció tras haberse reunido con el presidente francés, François Hollande, que su país pone a disposición de Francia una base militar británica en Chipre para reforzar la lucha contra el Estado Islámico.
En el encuentro, celebrado en el Palacio del Elíseo, Cameron indicó que el Reino Unido “hará todo lo posible” para ayudar a Francia, convencido de que la amenaza es “común” y de que su país debe intervenir en Siria, y avanzó que esta semana presentará al Parlamento británico su estrategia.
“Apoyo la acción emprendida por Hollande para luchar contra el EI y estoy convencido de que el Reino Unido debe efectivamente hacer lo mismo”, señaló el primer ministro, quien dijo que los dos países han decidido incrementar sus esfuerzos sobre intercambio de informaciones de inteligencia “todavía más”.
Cameron destacó que también se puede hacer “más” para luchar contra la amenaza que presentan los combatientes extranjeros cuando vuelven a sus respectivos países, y abogó por una mayor protección de las fronteras europeas.
“Es necesario que nos pongamos de acuerdo sobre las reglas que permitan compartir el registro de datos de pasajeros (PNR). Es paradójico que tengamos más información procedente de países exteriores de la UE que en el seno de la Unión”, subrayó.
El representante británico defendió también el refuerzo de la lucha contra el tráfico de armas “para evitar que estas terminen en manos de terroristas destinados a provocar tantas víctimas”. Y, en paralelo a la acción comunitaria, recordó que su país, en tanto que miembro de la coalición internacional, interviene ya con bombardeos en Irak, comparte información sobre Siria o ayuda a sus aliados “con aviones de suministro, principalmente”.
“El mundo se une para luchar contra esa amenaza terrorista”, concluyó Cameron, según el cual esa constatación “estaba clara” el pasado 13 de noviembre, día de los atentados en París, y sigue igualmente clara una semana después de esos ataques que se cobraron 130 vidas.