La presidenta Dilma Rousseff está siendo investigada nuevamente por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), esta vez por su participación como presidenta del directorio de Petrobras, entre 2005 y 2010.
El Tribunal aprobó una investigación y los gerentes y directores de la empresa tendrán que explicar las pérdidas por R$ 2800 millones (US$ 737 millones) que figuran en los balances financieros de la empresa como consecuencia de la cancelación de los proyectos de las refinerías Premium I y II, en Ceará y Maranhão.
Como Folha de Sao Paulo anticipó en septiembre, especialistas del tribunal investigan las decisiones tomadas por el directorio de Petrobras.
Lo mismo ocurrirá con las pérdidas contabilizadas en otros dos grandes proyectos de Petrobras: las refinerías de Abreu e Lima, en Pernambuco, y Comperj, en Río de Janeiro.
Para el relator del tribunal, el ministro José Múcio Monteiro, las obras de la refinería fueron aprobadas por el directorio sin que hubiera un proyecto y no fueron analizados los gigantescos aumentos de los costos. Según el informe, se evaluará si los miembros del consejo cumplieron su deber de fiscalizar las decisiones de los directores, un requisito previsto por ley.
La presidenta ya ha sido investigada por el TCU en relación con las pérdidas de la refinería de Pasadena, en Estados Unidos.
Pero, en ese caso, Rousseff estaba respondiendo por fallas que llevaron a una pérdida estimada de US$ 792 millones (R$ 3000 millones). Hay directores de Petrobras a los que se les está exigiendo que devuelvan los recursos.