El presidente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Rui Falcão, afirmó en una entrevista publicada este domingo que el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, debería ser sustituido si no concuerda con la política económica que quiere adoptar la presidenta Dilma Rousseff.
Si Levy no quiere seguir las indicaciones de la presidenta, debe ser sustituido, declaró Falcão en una entrevista concedida al diario Folha de Sao Paulo.
Brasil atraviesa actualmente una grave crisis económica, en recesión técnica y con su nota soberana de crédito reducida por las principales agencias de crédito, que llevó al Ejecutivo a adoptar un severo ajuste fiscal.
Esta medida agravó aún más la crisis política del Gobierno, estimulada por su decisión de disminuir su inversión en programas sociales al tiempo que se destapaba la relación de miembros del PT con el escándalo de corrupción de Petrobras, que supuso el desvío de cerca de 2.000 millones de dólares de la petrolera estatal.
La lógica del régimen presidencialista es que los ministros deben seguir las indicaciones de la presidenta de la República y si ella entiende que la política que está siendo realizada debe ser corregida, total o parcialmente, es ella quien decide, dijo Falcão, que reconoció que Rousseff está preocupada por la crisis política.
Falcão dijo que es importante cambiar de política económica ya que es incorrecto adoptar medidas de contención exagerada del crédito, por las que aboga Levy, y afirmó que cree que Rousseff va a apostar por la liberación del crédito con responsabilidad para favorecer el consumo y la creación de empleo.
En estos momentos la popularidad de la presidenta brasileña, que comenzó su segundo mandato consecutivo el pasado mes de enero, se encuentra en mínimos históricos.
Además, el Tribunal de Cuentas de Brasil recientemente recomendó al Parlamento rechazar los balances del Gobierno de Rousseff referentes al año pasado por una serie de irregularidades, lo que en opinión de diversos miembros de la oposición justifica la apertura de un juicio político con miras de destitución del jefe de Estado.
En opinión de Falcão, es inadmisible que el PT conviva con ese clima de odio y de intolerancia.