Centenas de sindicalistas brasileños, en su mayoría trabajadores de la industria automotriz, bloquearon este martes parcialmente la céntrica Avenida en Sao Paulo, en demanda de unas mejores condiciones salariales y en apoyo a la democracia del país. La industria automotriz de Brasil fue de donde surgió el líder sindical que luego sería por dos veces presidente, Lula da Silva.
La concentración convocada por la Central Única de los Trabajadores (CUT) , el principal gremio sindical brasileño y vinculado históricamente al gobernante Partido de los Trabajadores (PT), tuvo lugar frente a la sede de la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP) , la mayor patronal del país.
Los trabajadores piden que el reajuste obligatorio de salarios sea con base en la inflación, que debe terminar este año con un índice superior al 9,0%, el doble de la meta oficial y por encima del techo máximo del 6,5% tolerado por el Ejecutivo de la presidenta Dilma Rousseff.
En este semestre, apuntó la CUT, más de 1,8 millones de trabajadores en el país deberían beneficiarse de ese reajuste salarial y una tercera parte de ellos son obreros metalúrgicos de la industria automotriz, una de las más afectadas por los problemas económicos del país.
El sector automotor redujo en agosto su número de empleados en el comparativo interanual en un 9,8%, hasta los 134.312, un reflejo de la situación económica del país, que, según cifras oficiales, se contraerá este año un 1,49%, después de un crecimiento nimio del 0,1% en 2014, según datos de la patronal Anfavea.
En un escenario de recesión técnica e inflación al alza, que afecta la capacidad de consumo de los brasileños, la industria automotriz ha adoptado medidas para reducir su producción, mediante la disminución de la jornada laboral, la paralización de la fabricación durante semanas y hasta despidos masivos en algunas fábricas.
Los dirigentes sindicales anunciaron este martes que se realizarán, en lo que resta del semestre, otras manifestaciones en diferentes ciudades por las mismas causas laborales y por otras reivindicaciones de la sociedad.
Además de las reivindicaciones salariales, el llamado “Acto Unificado” de la CUT salió en defensa del Gobierno de la presidenta Rousseff, que, sin embargo, comienza a ser criticado por parte de diversos movimientos sociales debido a las nuevas medidas que reducen el gasto público y que afectarán a los programas sociales.