Miembros de las Fuerzas Armadas brasileñas dejaron trascender su disconformidad con un decreto de la presidenta, Dilma Rousseff, en el cual se les retiraban varias atribuciones, reportaron algunos medios en las principales ciudades del país.
Rousseff promulgó recientemente el decreto 8515 por el cual el poder civil comenzaba a tener más competencias en el pase a retiro de oficiales, las transferencias de militares a misiones en el exterior y decisiones en las academias de formación de cuadros, lo cual suscitó rechazo en los mandos castrenses.
El decreto estuvo a punto causar “una crisis militar que se sumaría a la económica, política y moral que enfrenta el país” señaló hoy Ricardo Noblat, analista político del diario O Globo.
Personas allegadas a los militares consideraron “extraño” el contenido del decreto firmado por la Jefa de Estado, dijo Merval Pereira, comentarista de radio CBN.
La situación volvió a la calma luego de que el gobierno dejó sin efecto el decreto que estaba archivado desde hace años en el Palacio del Planalto precisamente por presión de los uniformados, consignó Noblat.
Por otra parte, la cadena Bandeirantes informó que las Fuerzas Armadas expresaron su rechazo a la propuesta de reforma constitucional que contempla la despenalización de algunas drogas.
Según un miembro del Supremo Tribunal Federal, cuyo nombre fue preservado, emisarios de los militares expresaron su rechazo a la iniciativa que cuenta con el respaldo del gobierno.
Los representantes castrenses alegaron que la autorización para portar pequeñas cantidades de marihuana pondrá en contradicción al Código de Justicia Militar, donde se estipulan en cambio severas penas contra quien tenga o haya consumido ese u otros psicotrópicos.