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Principal aliado de Rousseff sigue apoyando, 'hasta que el pueblo salga a la calle'

Martes, 28 de julio de 2015 - 09:10 UTC
Rousseff lucha por su presidencia en medio del peor desempeño económico en 25 años y la crisis política provocada por el escándalo de sobornos en Petrobras Rousseff lucha por su presidencia en medio del peor desempeño económico en 25 años y la crisis política provocada por el escándalo de sobornos en Petrobras
Eduardo Cunha, líder de Diputados rompió con Rousseff y quiere que su partido, PMDB abandone también la coalición Eduardo Cunha, líder de Diputados rompió con Rousseff y quiere que su partido, PMDB abandone también la coalición
“No romperemos con su Gobierno, porque empeoraría la grave situación que enfrenta Brasil en la segunda mitad del año”, dijo líder del Senado Oliveira “No romperemos con su Gobierno, porque empeoraría la grave situación que enfrenta Brasil en la segunda mitad del año”, dijo líder del Senado Oliveira
Senador Forte: “si los brasileños salen a las calles masivamente para exigir un cambio de Gobierno, entonces no habrá forma de mantener la coalición” Senador Forte: “si los brasileños salen a las calles masivamente para exigir un cambio de Gobierno, entonces no habrá forma de mantener la coalición”

El mayor partido político de Brasil seguirá apoyando por el momento a la impopular presidenta, Dilma Rousseff, a pesar de la dimisión de uno de sus líderes, pero la situación podría cambiar si una esperada recesión genera agitación social, adelantaron líderes de la formación.

 Rousseff lucha por salvar su presidencia en medio del peor desempeño económico en 25 años y una crisis política provocada por un gran escándalo de sobornos en la compañía petrolera estatal Petrobras, en el que están implicados decenas de políticos de su coalición.

Eduardo Cunha presidente de la cámara baja del Congreso, rompió sus lazos con Rousseff y quiere que su Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) abandone también la coalición, pero otros líderes de la formación afirmaron que no están dispuestos a hacerlo. En su lugar, pretenden seguir junto a Rouseff hasta 2018, cuando el partido planea presentar a su propio candidato para las elecciones presidenciales.

“No romperemos con su Gobierno, porque empeoraría la grave situación económica que enfrenta Brasil en la segunda mitad del año”, dijo el senador Eunicio Oliveira, líder del PMDB en el Senado.

Cuando han transcurrido apenas seis meses de su segundo y último mandato, Rousseff está caminando sobre una cuerda floja.

Los sondeos muestran que a casi dos de cada tres brasileños les gustaría que fuera sometida a un juicio político por su mala gestión de la economía y por haber usado supuestamente dinero procedente de sobornos para sus campañas electorales en 2010 y 2014. Su nivel de aprobación cayó hasta el 7,7% en una encuesta publicada la semana pasada.

El propio Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff, ha atacado las medidas de austeridad emprendidas por la mandataria para frenar el creciente déficit fiscal que amenaza a la calificación de grado de inversión del país.

“Si los brasileños salen a las calles masivamente para exigir un cambio de Gobierno, entonces no habrá manera de mantener junta ésta ya rebelde coalición”, vaticinó el legislador del PMDB Danilo Forte.

Categorías: Política, Brasil.