Brasil atraviesa, en la actualidad, un momento de fuerte disputa política. Después que Dilma Rousseff fuera reelecta por un pequeño margen contra su rival en las últimas elecciones y que el parlamento quedara bajo control de la oposición, el país registra una tasa récord de ausentismo de sus diputados.
En ese contexto, el parlamentario más puntual, disciplinado y cumplidor del máximo órgano legislativo del país no ha sido otro que el payaso Tiririca.
En efecto, Francisco Everardo Oliveira Silva fue, según un informe de la publicación Congreso en Foco, el único diputado que cumplió en un 100% con la asistencia a las sesiones parlamentarias durante su primer mandato. Y todo indica que lo será también durante su segundo período.
Él frecuenta todas las sesiones, aunque su peso real en la Cámara es muy reducido, afirma Fábio Góis, reportero parlamentario de Congreso en Foco.
Como contracara, entre 2011 y 2014, 93 parlamentarios se ausentaron el equivalente a un año entero de sesiones. De hecho, de acuerdo con el mismo estudio, los cinco parlamentarios más presentes en las votaciones representan menos del 1% del total de las 648 bancas de las cámaras.
Es en ese marco que el comportamiento del payaso llama tanto la atención entre la población brasileña. Cuando fue elegido en 2010, este cómico, cantante y compositor utilizó el humor para atraer el voto de los indignados y desencantados con la corrupción que rodea al gobierno de Rousseff.
¿Qué hace un diputado federal? En realidad, no lo sé. Pero vótame y te los contaré, preguntaba, burlón, en su anuncio electoral. Gracias a esa broma, Tiririca fue el diputado más votado del país, con casi 1,4 millones de sufragios.
En 2014, consiguió la reelección con otro lema humorístico: ¿Estás hasta el moño de la política? Vota a Tiririca. Peor de lo que está no puede ser. Durante la pasada campaña electoral, tampoco dudó en imitar a Darth Vader o al famosísimo cantante Roberto Carlos para atraer votos
Sin embargo, Francisco Everdardo Oliveira Silva, alias Tiririca, también se ha destacado en estos casi cinco años de actividad parlamentaria por no haberse pronunciado jamás en el plenario sobre absolutamente ningún tema.
Primer payaso profesional en conquistar un escaño, Tiririca es, en realidad, el representante del circo en el Congreso. En su primer mandato, el cómico presentó ocho proyectos de ley, de los que seis estaban dirigidos al gremio circense.
Cada vez que iba al Congreso para cubrir alguna noticia, veía a Tiririca sentado en la zona destinada al público. Es decir, él se sigue sintiendo más a gusto con la gente de a pie que entre los otros diputados, señala Fábio Góis.
Yo lo he entrevistado varias veces y es bastante inexpresivo. Tiririca no discute los temas de mayor interés del país en el plenario ni sube al estrado para hacer discursos pertinentes, asegura por su lado el periodista Fábio Góis. Él no profundiza en los temas. Está donde está por una contingencia política, añade.
A pesar de todo, Tiririca va a pasar a la historia como uno de los diputados más dedicados de la política brasileña. Está dando un ejemplo al comparecer todos los días en el trabajo en un país que está atravesando una fuerte crisis política, económica, ética y moral, destaca Góis.