MercoPress, in English

Jueves, 21 de noviembre de 2024 - 22:25 UTC

 

 

Es tarea de la C24 velar por los derechos de las Falklands y 'condenar tentaciones colonizadoras de Argentina'

Jueves, 25 de junio de 2015 - 22:00 UTC
“Argentina busca colonizar las Islas Falklands en contra del deseo de su pueblo. Eso es claro y simple, y este comité debería ver eso y condenar tal ambición” “Argentina busca colonizar las Islas Falklands en contra del deseo de su pueblo. Eso es claro y simple, y este comité debería ver eso y condenar tal ambición”
El C24 no tiene otra responsabilidad que apoyar a los territorios no autónomos y defender los DD.HH. básicos de las personas de los territorios no autónomos El C24 no tiene otra responsabilidad que apoyar a los territorios no autónomos y defender los DD.HH. básicos de las personas de los territorios no autónomos
En 2013, el ministro de relaciones exteriores del Reino Unido accedió a reunirse con su homónimo de Argentina en Londres, pero éste se negó a asistir. En 2013, el ministro de relaciones exteriores del Reino Unido accedió a reunirse con su homónimo de Argentina en Londres, pero éste se negó a asistir.
“Hemos pasado de ser una antigua dependencia colonial a un país económicamente autosuficiente y autónomo en asuntos internos, excepto rel. exteriores y defensa”. “Hemos pasado de ser una antigua dependencia colonial a un país económicamente autosuficiente y autónomo en asuntos internos, excepto rel. exteriores y defensa”.

El delegado de las Falkland Islands, Mike Summers hablando este jueves ante el Comité de Descolonización de Naciones Unidas recordó a sus miembros que la tarea primordial de ellos era velar por los derechos humanos en los Territorios No Autónomos, impedir tentaciones territoriales de otros países a la vez que insistió en que el C24 no ha sido mandatado ni tiene autoridad para tratar reclamos sobre esos territorios de otros países.

 Summers se refirió luego al desarrollo económico y social logrado por las Falklands, muy a pesar del constante acoso y bullying por parte de Argentina, “en forma diaria contra una población pequeña y vulnerable” pretendiendo estrangular su economía, y acusó al C24 de 'fracaso colectivo' y desconocer el mandato del Secretario General de la ONU para que se eleven formas prácticas e innovadoras para implementar el proceso de descolonización.

Summers insistió en que “Argentina busca colonizar las Islas Falklands en contra del deseo de su pueblo. Eso es claro y simple, y este comité debería ver eso y condenar tal ambición” y agregó, “somos un país con un gran futuro, autosuficiente económicamente, con un gobierno interno autónomo y en 2013, hemos elegido, en un referendo libre, justo y abierto, permanecer como territorio de ultramar del Reino Unido, que respeta nuestro derecho a la autodeterminación y se hace cargo de la defensa y de asuntos exteriores”.

A continuación el peticionante de las Falklands rebatió, paso a paso, unos doce puntos, con argumentos históricos, de la exposición sobre la cual se basó la Declaración 2065 de Naciones Unidas, auspiciada por el embajador argentino, José María Ruda en 1965, en la que se llama a Argentina y el Reino Unido a discutir la disputa a propósito de las Falklands/Malvinas.

Al respecto mencionó el acuerdo de paz de 1849, ratificado por ambos gobiernos (Argentina y Reino Unido) en 1850, el cual confirmó que no había disputas pendientes entre los dos países, y por tanto Argentina aceptó la soberanía británica sobre las Islas, y así fue por los siguientes 80 años.

Empero Argentina, siguiendo con la línea del embajador Ruda no ha dejado de apelar a falsedades, medias verdades y engaños con la esperanza de que la repetición de esos datos terminen por tapar la necesaria transparencia para abordar el tema del colonialismo, las Falklands y los derechos humanos y civiles de su pueblo.

Más adelante Summers sostuvo que desde el fin de la Segunda Guerra mundial hasta 1982, las Falklands eran un país pacífico, pero la invasión militar argentina cambió todo y desde entonces si hay tropas británicas en las Islas es por una única y gran razón: la amenaza permanente e intención 'colonizadora“ de Argentina ”sobre nuestro país“.

Y si es que alguien se está militarizando es Argentina con compras de aviones, corbetas y tanques de distintos orígenes.

”Estamos seguros de nuestros derechos y confiados en nuestro futuro y con ese fin votamos, con todas las garantías y en el ejercicio de nuestro derecho la libre determinación, en el referendo para permanecer como Territorio Británico de Ultramar. Esa es nuestra decisión y nuestra elección“, reiteró Summers.

Por tanto ”si ustedes apoyan las aspiraciones coloniales argentinas sobre las Islas Falklands, son cómplices en la intimidación y hostigamiento que practica Argentina. Son cómplices en negar a nuestros niños las frutas y verduras frescas que necesitan para vivir en forma saludable. Son cómplices en negarnos relaciones comerciales abiertas con nuestros vecinos. Son cómplices en continuar negándonos una coexistencia pacífica y una administración responsable del ecosistema en nuestra región“.

A propósito y acorde con las recomendaciones del anterior presidente del C24, Summers dijo que ”las Falklands los invitan formalmente para que vengan a las Islas (“para llegar conclusiones informadas a través de la recolección de datos”). Y si Argentina se opone como lo ha hecho antes, sólo resta pensar que temen la verdad, la transparencia, el actuar con franqueza y es temerosa del poder que significan los derechos básicos de un pueblo“.

Finalmente Summers mirando a los miembros de la C24, les recordó palabras del Secretario General de la ONU, ”ya no podemos permitirnos el lujo de caer en la retórica y los rituales. Las acciones concretas y los resultados tangibles son esenciales”.

“De ahí que os insto a cumplir con su deber hacia todos los territorios no autónomos y nos escuchen para avanzar en el camino. De lo contrario se arriesga en convertir la Comisión en 'irrelevante'”.


A continuación una copia en español del discurso pronunciado por el Miembro de la Asamblea Legislativa de las Falkland Islands, Mike Summers, OBE, ante el Comité Especial de Descolonización
:

Señor presidente, embajadores y miembros del comité de descolonización de las Naciones Unidas. Estoy feliz de estar aquí para dirigirme una vez más a ustedes a nombre del Gobierno y de las personas de las Islas Falkland.

Mi colega les ha descrito en detalle el progreso social, político y económico que nuestro país ha logrado en los últimos 33 años desde la derrota de los invasores ilegales argentinos. Hemos trabajado incansablemente a nombre de nuestro pueblo para construir un país que sea exitoso, del que podamos estar orgullosos, y el que pasaremos a generaciones futuras de isleños. Éramos una colonia del Reino Unido pero ya no lo somos. Somos un país con un gran futuro, autosuficiente económicamente hablando y con un gobierno interno autónomo. En el 2013, hemos elegido; en un referendo libre, justo y abierto, permanecer como territorio de ultramar del Reino Unido, el que nos entrega nuestro compromiso en defensa y capacidad en asuntos exteriores para resistir el constante ataque del discurso y acoso por parte del Gobierno de Argentina en forma diaria en contra de nuestra población pequeña y vulnerable.

Nuestro éxito y crecimiento económico continuos, a pesar de la agresividad de Argentina, debería ser motivo de gran satisfacción para este comité cuyo único propósito es ayudar a los pueblos de los territorios no autónomos a lograr un estado poscolonial que sea aceptable para ellos. Sin embargo, todos los años sacan la misma moción de siempre, que no contiene una sola referencia a la libre determinación, y que no ayuda en nada al desarrollo de nuestra sociedad o para asegurar la paz y la prosperidad en el Atlántico Suroeste.

Este comité no tiene otro rol o responsabilidad que apoyar a los territorios no autónomos. Defender los derechos humanos básicos de las personas de los territorios no autónomos es su única y solemne obligación.

Varios países en este comité tienen un historial de apoyo público al reclamo argentino sobre la soberanía de las Islas Falkland. Sean cual sean las realidades geopolíticas que los lleva a esta posición, no es una consideración pertinente en el C24. Este comité no tiene autoridad para discutir o juzgar los reclamos opuestos por parte de estados miembros sobre nuestro país.

Debido a su historial y su falta de dirección adecuada, este comité carece de cualquier autoridad moral en la familia de las Naciones Unidas. Año tras año, el secretario general ha solicitado se presenten formas prácticas e innovadoras para implementar el proceso de descolonización. Año tras año, el comité ha fracasado colectivamente en lo que respecta a responder a ese pedido y ha seguido el mismo repetitivo camino de apoyo partidista ignorando tanto los intereses como los deseos de los territorios no autónomos.

Me gustaría rendir un homenaje especial, como ya lo he hecho en años anteriores, a aquellos miembros del comité que se han mantenido firmes al proteger los principios importantes que se les ha encomendado. Por recordarle al comité, año tras año, ante al aumento de la presión, que el derecho a la libre determinación es fundamental en el proceso de descolonización, que el derecho a la libre determinación es un derecho humano universal que no deber ser negado, y que las personas de los territorios no autónomos tiene el derecho absoluto a participar en cualquiera y en todas las discusiones sobre su país y su futuro. A aquellos miembros: gracias.

Señor presidente, yo sé como es el colonialismo porque lo he experimentado en forma personal. Todos estamos de acuerdo en que el colonialismo no es apropiado en esta era modera y todos compartimos la ambición de asegurarnos de que sea erradicado. En donde parecemos discrepar es en nuestra evaluación de cuando existe una situación colonial y de como la reemplazamos para el beneficio de las personas involucradas.

Señor presidente, la República Argentina insiste que las Islas Falkland continúan siendo una colonia del Reino Unido. Lo hace no porque tenga pruebas concretas para apoyar tal aseveración, no porque le importe la gente de las Islas Falkland, lo hace para apoyar su causa de expansión territorial, sin considerar las preocupaciones y el bienestar de los isleños, quienes, valga la pena recordar, según lo ha señalado anteriormente el ministro de relaciones exteriores de Argentina, no existen, no son un pueblo. Señor presidente, ese es lenguaje y opinión dignos solo de una forma de pensar colonial.

Argentina busca colonizar las Islas Falkland en contra del deseo de su gente. Eso es claro y simple, y este comité debería ver eso y condenar tal ambición.

Señor presidente, Argentina asegura en forma regular que su reclamo por las Islas Falkland ha sido continuo desde la década de 1820. No es así. El reclamo argentino por la sucesión por parte de España, que nunca fue aceptado por el Reino Unido, terminó por un tratado en 1850, y por 34 años Argentina permaneció en silencio con respecto a las Falkland, y durante este periodo varios líderes argentinos declararon que Argentina no tenía disputas con Gran Bretaña. Después de un breve resurgimiento en 1884, no hubo reclamo por otros 46 años hasta finales de la década de 1930 cuando Argentina desvergonzadamente intentó aprovecharse de las dificultades de Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial para retomar su reclamo y para desviar la atención de las difíciles condiciones políticas y económicas que tenían.

Incluso entonces, por otros 20 años Argentina solamente mencionó en forma breve su reclamo de las Islas Falkland hasta que José María Ruda dio un discurso apasionado ante el subcomité III de las Naciones Unidas en 1965; otro periodo de revuelo político en su país.

En el discurso del señor Ruda que supuestamente relata la historia de las islas y del reclamo argentino se entregó un recuento profundamente falso de la historia. Con la propaganda, el discurso y las mentiras repetidas en las Naciones Unidas por parte de la República Argentina basadas en el discurso de Ruda, se busca reestablecer el reclamo que se había dejado. Las peticiones sentimentales de hermandad y solidaridad hacia sus vecinos y a otros territorios que fueron coloniales han reemplazado los hechos históricos. Había al menos doce mentiras en la declaración de Ruda. Han sido repetidas una y otra vez por parte de políticos argentinos posteriores a éste, pero como todos sabemos, la repetición constante de una mentira no la convierte en realidad.
Miembros de este comité, los invito a considerar lo siguiente con mentalidad abierta.

El señor Ruda afirmó que:

1. La soberanía de España sobre las Islas Falkland quedó zanjada porque España hizo una salvedad expresa de su soberanía en el tratado del 22 de enero de 1771. No fue así. Tanto Gran Bretaña como España mantuvieron sus posiciones sobre soberanía en ese tratado.

2. Gran Bretaña expulsó a la población argentina de las Falkland en 1833. No lo hizo. Gran Bretaña expulsó a una guarnición militar ilegal, pero persuadió a un grupo de civiles argentinos y uruguayos a que se quedaran.

3. Los habitantes argentinos resistieron a los “invasores” británicos. No lo hicieron, pero buscaron ayuda para escapar de la iniciativa fallida de Vernet, y se quedaron en las islas. Lamentablemente, después asesinaron a un grupo de empleados de Vernet. Entre los asesinos, se encontraba el Gaucho Rivero, hombre de mala fama que ahora es presentado como héroe nacional por el actual Gobierno argentino.

4. Gran Bretaña reemplazó a los habitantes argentinos con súbditos británicos. No fue así. Muchos de los civiles argentinos se quedaron y a lo largo de muchos años se les unieron nuevos colonos de varios otros países europeos y sudamericanos tales como Chile, Argentina, Uruguay y el Reino Unido.

5. No ha habido un acuerdo internacional para confirmar la posesión británica de las Falkland y Argentina nunca ha aceptado la posesión británica de las Falkland. Lo ha habido y la ha aceptado. En el acuerdo de paz de 1849, ratificado por ambos gobiernos en 1850, se confirmó que no había disputas pendientes entre los dos. Argentina aceptó la soberanía británica.

6. Argentina nunca ha dejado de protestar ante la posesión británica de las Falkland. Claramente lo hizo, al haber aceptado en un tratado que las Islas Falkland eran territorio británico y al no hacer otro reclamos por 80 años.

7. El reclamo argentino es imprescriptible y eterno a menos que se deje libremente. Claramente no lo es, y no puede serlo, ya que este no es un concepto aceptado en la ley internacional.

8. Los isleños eran una población británica temporal. Tal vez, el más grande de todos los engaños ya que en la actualidad podemos demostrar la existencia de 9 generaciones de colonos procedentes de 61 etnias.

9. La posesión británica de las Falkland viola la integridad territorial de Argentina. No es así. Las Islas Falkland evidentemente nunca han sido parte de Argentina sin importar cuanto quiera que sea así, y su integridad territorial claramente nunca ha sido violada.

Por lo tanto, señor presidente, embajadores, los invito a considerar que las Naciones Unidas han sido completamente engañadas por el señor Ruda y por aquellos que han venido después de él, con una serie de engaños, verdades a medias y falsedades que no representan la realidad.

Así es que si en algo les importa la descolonización y los derechos humanos básicos, estudien ustedes mismos el verdadero fondo histórico, visiten las Islas Falkland, evalúen el desarrollo de las islas en forma personal, y condenen la campaña argentina para colonizar a las Islas Falkland en contra de los deseos de su población establecida.

Lamentablemente, señor presidente, la repetición de las falsedades del señor Ruda no es el fin de los intentos de engañar. Argentina ha desarrollado una nueva línea de discurso en los años recientes, sobre militarización del Atlántico Suroeste en lo que es una zona de paz. Mi tierra era en efecto un lugar pacífico desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta 1982. El continente, por el contrario, no era tan pacífico, dirigido de norte a sur por una variedad de dictaduras militares autoritarias y veces brutales. Esto era especialmente así en Argentina en 1982.

La criminal junta militar argentina invadió nuestro país en 1982, con un apoyo popular masivo de sus ciudadanos, y con el apoyo activo de algunas personas que actualmente todavía están en cargos de autoridad. Derrotó con facilidad a la pequeña guarnición que había en las islas, encarceló a un grupo de civiles inocentes, deportó a otro grupo, y empezó a cambiar el estilo de vida establecido de los isleños. Se le ordenó a Argentina a través de la resolución obligatoria 502/1982 del Consejo de Seguridad que sacara a todas sus fuerzas militares de las islas. Se negaron a hacerlo y por supuesto que fueron sacados 74 días más tarde por el destacamento de fuerzas especiales del Reino Unido después de la trágica pérdida de vidas de tantos hombres jóvenes y tres civiles.

Tras la recuperación de las Islas Falkland (y Georgias del Sur), el Reino Unido ha mantenido personal de defensa apropiado. Ese potencial de defensa se encuentra en las Falkland debido a, y solamente debido a, la invasión ilegal argentina; y desde 1982, el personal de defensa ha disminuido considerablemente y está constituido por muchos menos aviones, buques y personal que en 1982 ya que otros compromisos en otras partes del mundo han hecho que los recursos hayan sido destinados a usos alternativos.

La defensa de las Islas Falkland continúa siendo apropiada para desalentar el uso de agresión y es proporcional a la amenaza percibida. Las acusaciones apasionadas de militarización son infundadas; lo de mayor importancia es que no contienen pruebas basadas en hechos y una vez más fueron creadas para engañar a la comunidad internacional para que crean que hay una amenaza hacia la región, la que simplemente no existe.

Quizás a los miembros les gustaría reflexionar sobre el hecho que en los últimos meses Argentina ha tratado de comprar nuevos aviones de combate a España, Israel, Rusia y China, ha comprado la nueva corbeta clase Malvinas a China y nuevos remolcadores navales a Rusia. Hace dos semanas, anunció la compra de 110 vehículos blindados provenientes de China. Si los miembros del comité están confundidos sobre las afirmaciones de militarización, los entiendo.

Lamentablemente señor presidente, el intento de manipular la opinión internacional con mentiras no termina ahí. Argentina afirma que el Gobierno del Reino Unido se niega a entrar en negociaciones con respecto a las Islas Falkland, pero esto es simplemente falso. En el 2013, el ministro de relaciones exteriores del Reino Unido accedió a reunirse con el ministro de relaciones exteriores de Argentina en Londres. Él se negó a asistir. En esta reunión el 2012, intenté pasarle una carta de invitación para entablar conversaciones al ministro de relaciones exteriores Timmerman; él se negó a aceptarla, y cuando ésta fue entregada a su embajada, negó haberla recibido. Tanto el Reino Unido como las Islas Falkland tenemos perfectamente claro que estamos dispuestos a discutir asuntos de interés mutuo, tales como el desarrollo de los hidrocarburos y el manejo de las existencias de peces. Es Argentina la que se niega a asistir. Así es que recordemos, la repetición constante de una mentira no la convierte en realidad.

La realidad es que las Islas Falkland han sido territorio británico por casi 250 años, nos hemos establecido aquí en forma continua y pacífica bajo la administración británica por más de 180 años. Hemos pasado de ser un antiguo territorio colonial a un país económicamente autosuficiente y autónomo internamente aparte de las relaciones exteriores y la defensa. Los isleños son un pueblo orgulloso e ingenioso, es por eso que nos ha ido tan bien. Estamos seguros de nuestros derechos y confiados de nuestro futuro y con ese fin votamos en forma libre en nuestro referendo para permanecer como territorio de ultramar del Reino Unido por el futuro previsible. Esa es nuestra decisión y nuestra elección.

Embajadores, mi colega les ha descrito las varias formas en las que la República de Argentina busca destruir la economía de las Islas Falkland y hostigar a su gente. Por favor, ténganlo claro, si ustedes apoyan las aspiraciones coloniales argentinas en las Islas Falkland, ustedes son cómplices en la intimidación y hostigamiento de Argentina. Son cómplices en negar a nuestros niños las frutas y verduras frescas que necesitan para vivir en forma saludable. Son cómplices en negarnos relaciones comerciales abiertas con nuestros vecinos. Son cómplices en continuar negándonos una coexistencia pacífica y una administración responsable del ecosistema en nuestra región.

Embajadores, no creo que esa sea su intención de gobierno en este mundo moderno. Claro que ustedes respetan los derechos de las personas y los derechos humanos básicos de nuestro pueblo.
Así es que los animo a exigir que se les permita visitar los territorios que están a su cuidado, incluidas las Islas Falkland y Gibraltar; examinen los hechos históricos en forma personal, hablen con las personas, vean cómo viven, pongan a prueba el límite de su autonomía, y pregúntenles que quieren para ellos mismos. Señor presidente, su antecesor dijo “las misiones visitadoras fueron fundamentales no solamente en lo que se refiere a escuchar las preocupaciones de las personas de los territorios no autónomos sino que también en lo que se refiere a llegar a conclusiones informadas a través de la recolección de datos”. Tenía razón. Una vez más, los invitamos formalmente este año a que visiten nuestras islas. Si Argentina se opone, como lo ha hecho antes, solamente cabe pensar que siguen con el temor a la verdad, con el temor a la franqueza y a la transparencia y con el temor al poder los derechos humanos básicos.

Al terminar, les voy a recordar, como lo hice al año pasado, las palabras del secretario general hacia ustedes en el 2013. Él dijo: “ya no podemos permitirnos el lujo de caer en la retórica y los rituales. Las acciones concretas y los resultados tangibles son esenciales”. Basado en estas opiniones, los insto a cumplir con su deber hacia todos los territorios no autónomos y escúchennos para entregar el camino a seguir. El hacer lo contrario es correr el riesgo de hacer que este comité sea intrascendente.