El Gobierno brasileño anunció este martes un enorme paquete de concesiones para la construcción de carreteras, ferrovías, puertos y aeropuertos por 198,400 millones de Reales (unos 64,000 millones de dólares), en una iniciativa que busca atraer inversiones para reanimar la estancada economía.
El programa tiene una primera fase prevista hasta 2018 por 69,200 millones de Reales y una segunda a partir de 2019 por otros 129,200 millones y estará mayormente concentrado en obras nuevas y ampliaciones de infraestructura ferroviaria (43% del total) y vial (33% del total).
La presidenta Dilma Rousseff ya anunció un fuerte plan de financiación agropecuaria y prevé lanzar en breve un conjunto de medidas para dinamizar las exportaciones buscando estimular una actividad que recorre su quinto año de lento o nulo crecimiento. Las previsiones oficiales indican que la economía caerá 1.2% en 2015.
”Hoy es un día importante para mi segundo Gobierno. Estamos aquí no solo para anunciar grandes números y proyectos ambiciosos. Estamos aquí especialmente para renovar nuestro compromiso con el desarrollo de nuestro país (...) Estamos aquí para iniciar una progresiva vuelta de página, dijo Rousseff al cierre de la ceremonia en el Palacio de Planalto.
El atraso en el desarrollo de infraestructura hace de Brasil un país con una oferta de gran potencial para inversiones en distintos sectores, algo que fue abordado por China en la reciente visita de estado que hizo el primer ministro Li Keqiang, cuando también se anunciaron planes multimillonarios.
Estamos en el momento de construir las bases para un nuevo ciclo de desarrollo y crecimiento del país, dijo por su parte el ministro de Planificación, Nelson Barbosa, durante su presentación.
Es fundamental aumentar la tasa de inversiones en Brasil”, afirmó.
Los fondos estipulados para el denominado Programa de Inversiones en Logística (PIL) sumarán 86,400 millones de Reales en el caso de las ferrovías, 66,100 millones para las carreteras, 37,400 millones en puertos y 8,500 millones en aeropuertos.
Brasil, séptima economía del mundo, evalúa distintas opciones para desarrollar su red de transporte a fin de hacer más fluido el tránsito de las materias primas que exporta al mundo. Y una de las iniciativas que más interés concita en el país es la construcción del llamado corredor bi-oceánico, una ferrovía que termine uniendo el este con el oeste para abaratar la salida de productos hacia Asia.
Esa obra, aún en un período incipiente de evaluación, plantea cruzar la Amazonia y terminar en una terminal portuaria peruana.
Con China como su principal socio comercial desde 2009, cuando desplazó a Estados Unidos, Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina y jugo de naranja, el mayor productor y exportador de café y el segundo exportador a nivel mundial de soja. Es también el segundo mayor exportador mundial de mineral de hierro, el principal componente del acero.
Pero su deficiente infraestructura y la falta de competitividad son un 'talón de Aquiles' para su comercio internacional y también para sostener el crecimiento de su economía.