El titular de la cartera de Economía de Brasil Joaquim Levy habló de más y debilitó la posición de una castigada presidenta Dilma Rousseff, lo cual lo llevó a disculparse públicamente en tanto desde la coalición condenaron sus palabras y desde la oposición reafirmaron la falta de capacidad de la presidenta para establecer un diálogo.
Creo que hay un deseo genuino de la presidente de arreglar las cosas, a veces, no de la manera más fácil, no de la manera más efectiva, pero existe un deseo genuino, manifestó Levy, según publica el diario Folha de Sao Paulo.
La frase -cuyo audio divulgó el periódico en su versión digital- fue dicha el martes pasado durante un encuentro realizado en Sao Paulo, a puerta cerrada, con ex alumnos de la Universidad de Chicago, donde se graduó el ministro Levy.
Considerado un hombre del mercado financiero, Levy asumió el cargo en enero pasado en el segundo gobierno de Rousseff con la misión de dar un guiño a la confianza económica y también de llevar adelante un ajuste fiscal que busca un superávit primario del 1,2% del PIB para 2015.
Una de las pugnas del Gobierno de Rousseff con aliados y la oposición en el Congreso tiene como eje las medidas de contención de gastos y fin de beneficios para empresas que forman parte del plan de Levy, en un año con perspectivas de no registrar crecimiento.
El ministro, tras conocerse sus palabras a través de la prensa, señaló en un comunicado a título personal que su comentario sobre la efectividad de las decisiones de Rousseff había sido sacado de contexto. Además, reprodujo más ampliamente lo que dijo ante los economistas.
Aquellos que tienen la honra de ser ministros saben que la orientación política del gobierno es genuina, reconocen que el cumplimiento de sus deberes exigen acciones difíciles, inclusive la excelentísima señora presidenta, Dilma Rousseff, y ellos tiene la humildad de reconocer que no todas las medidas tomadas tienen la efectividad esperada, señaló Levy en su comunicado
El titular de Hacienda explicó que el objetivo de su discurso fue destacar la importancia de ejecutar rápidamente los puntos de las medidas de ajuste para garantizar el crecimiento de Brasil.
El impacto político de la declaración de Levy sobre la falta de efectividad de Rousseff tuvo eco entre dirigentes aliados y opositores al gobernante Partido de los Trabajadores. El jefe del bloque de senadores del aliado Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), Eunicio Oliveira, reconoció que esa declaración no ayuda a la negociaciones que el Gobierno realiza en el Congreso para aprobar las medidas económicas.
Por su parte, el jefe del bloque conservador y opositor en la cámara alta, Ronaldo Caiado, aprovechó la declaración de Levy para afirmar que la presidenta Rousseff es una persona con enorme dificultad para relacionarse. Agregó que es lógico que Levy, si pudiera decirlo, diría que es difícil que las cosas puedan avanzar con la presidenta.
El ministro Levy, quien fue secretario del Tesoro en la gestión de Lula da Silva (2003-2010), protagonizó así una nueva declaración polémica desde que se hizo cargo de las cuentas públicas del Gobierno.
El 28 de febrero criticó las políticas de Rousseff y de su antecesor, Guido Mantega, que dieron exenciones en las cargas laborales a las empresas como parte de las medidas anti cíclicas por la crisis internacional. El ahora ministro indicó que la medida era grosera, lo cual le provocó un tirón de orejas de la propia Rousseff, quien al día siguiente dijo que la declaración de Levy había sido infeliz y demasiado coloquial.
Pocos días después de ocupar su cargo, en enero, Levy provocó reacciones dentro del PT al afirmar que las reglas del seguro de desempleo en Brasil eran anacrónicas, al justificar la decisión de exigir mayores reglas para la concesión de la prestación por desempleo.
La aprobación del ajuste fiscal es uno de los asuntos que más problemas le ha causado al Gobierno en el aspecto político, además del desgaste causado por el escándalo de corrupción en la empresa petrolera estatal Petrobras.