El papa Francisco dijo tener la sensación de que su pontificado “va a ser breve, cuatro o cinco años”, pero dijo que se trata de una idea “un poco vaga”, en una entrevista a la cadena Televisa, al cumplirse este viernes dos años de su asunción.
En declaraciones formuladas a la corresponsal de la poderosa red en español, Valentina Alazraki, que ha cubierto las actividades de la Santa Sede desde 1974, el líder religioso descartó renunciar aunque elogió la decisión de su antecesor Benedicto XVI, que permitió “abrir una puerta”.
Francisco desechó la idea de poner un límite de edad al pontificado al argumentar que “el papado tiene algo de última instancia”, “una gracia especial”.
“Tengo la sensación de que el Señor me pone para una cosa breve, no más”, reveló Francisco, de 78 años.
Jorge Bergolio negó que se sienta “solo” y sin respaldo en su cargo, al admitir que no le “disgusta” estar al frente de la más poderosa organización religiosa del mundo.
Durante el encuentro hubo muchas sonrisas y algunas bromas en una de las cuales se burló del gran “ego” de sus compatriotas y afirmó que no se siente solo en su residencia de Santa Marta, lejos del apartamento reservado a sus antecesores, porque siempre está rodeado de gente.
Yo allá solo, no hubiera soportado. No porque sea lujoso, como algunos dicen, no. No es lujoso. El apartamento no es lujoso. Es grande. Pero esa soledad no la hubiera tolerado, dijo. En cambio, indicó que venir aquí, comer en el comedor, donde está toda la gente, tener la Misa, esa donde cuatro días a la semana viene gente de afuera, de las parroquias, me da un poquitito de holgura espiritual. Me gusta mucho eso, señaló.
Cuestionado sobre las cosas que añora, afirma que lo único que me gustaría es poder salir un día, sin que nadie me conociera e irme a una pizzería a comer una pizza recordando que en Buenos Aires; yo era muy callejero: iba, venía por las parroquias.
Sin embargo, dice que ahora debió cambiar de hábitos, lo que me cuesta un poquito pero expuso que se las arregla y se habitúa debido a que encuentra otra manera de callejear como el uso del teléfono.
Otra de las confesiones que hizo en un tono intimista a la periodista mexicana es que no le gusta viajar, a diferencia de su antecesor Juan Pablo II. Creo que mi gran penitencia son los viajes. A mí no me gusta viajar. Yo soy muy pegado al hábitat, es una neurosis, dijo.
Asimismo, arremetió otra vez contra la Curia Romana, la máquina burocrática que gobierna al Vaticano, al señalar que es la última corte que queda en Europa pues las demás se han democratizado, inclusive las más clásicas, por lo cual dijo que se propone cambiarla.
Francisco se refirió también a la polémica desatada cuando en un correo privado a un amigo auspició que Argentina no se mexicanizara, lo que desató la ira del gobierno mexicano, que presentó una protesta formal.
Evidentemente que es un término, permítaseme la palabra, técnico. No tiene nada que ver ya con la dignidad de México. Como cuando hablamos de la balcanización, ni los serbios, ni los macedonios, ni los croatas se nos enojan, explicó y dijo que aunque hubo controversia el 90% de los mexicanos no se ofendió por la expresión.
Jorge Bergoglio, que habló con la veterana corresponsal ante un cuadro de tamaño grande de la Virgen de Guadalupe, la patrona de México, no quiso dejar de lado la violencia que golpea a México desde hace 8 años.
A su juicio, el diablo le pasó la boleta histórica a México luego de la bendición de las apariciones de la virgen en la colina del Tepeyac en 1531, pero se rehusó a culpar al gobierno porque dijo que esa es una visión superficial e infantil.
Todos tenemos de alguna manera la culpa o, al menos, al no hacernos cargo del sufrimiento. Pero la mayoría del pueblo mexicano es solidario y todos tienen que poner el hombro para ”resolver esto de alguna manera”