La “marcha del silencio”, convocada por fiscales y apoyada por la oposición en memoria de Alberto Nisman, inundará las calles de Buenos Aires este miércoles, cuando se cumple un mes de la muerte del fiscal en circunstancias aún sin aclarar tras denunciar a la presidenta Cristina Fernández por encubrimiento de terroristas.
La marcha, que se espera multitudinaria, partirá de las inmediaciones del Congreso y concluirá en la emblemática plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del Ejecutivo y donde el fiscal tenía sus oficinas.
El Gobierno de Cristina Fernández, que ha criticado con dureza la convocatoria por considerar que tiene un claro sesgo político, ha organizado un acto oficial en la central nuclear de Atucha II, en la provincia de Buenos Aires, en el que se espera la presencia de la mandataria, aún sin confirmar.
Ministros, gobernadores y militantes se harán presentes en el acto de Atucha mientras, apenas unas horas después, en Buenos Aires, familiares y amigos de Nisman marcharán en silencio con los fiscales y con la oposición, que no se situará a la cabeza de la manifestación.
Los organizadores, que confían en reunir a decenas de miles de personas, rechazan las críticas del Ejecutivo sobre la politización de la convocatoria y sostienen que se trata de un homenaje al fiscal.
Nisman, fiscal especial que investigaba el atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, denunció a la presidenta por encubrimiento de los sospechosos iraníes del ataque.
Cuatro días después fue encontrado en el baño de su vivienda con un tiro en la cabeza, apenas unas horas antes de comparecer ante el Congreso para dar detalles de su denuncia.
En el mes transcurrido desde su muerte, la Justicia, que califica su expediente como “muerte dudosa”, ha sido incapaz de encontrar pruebas concluyentes para determinar si se suicidó o fue asesinado.
Las revelaciones de una testigo publicadas por el diario Clarín arrojan todavía más dudas sobre la investigación.
Natalia Fernández sostiene que presenció, en la vivienda de Nisman, cómo los agentes repasaron la documentación esparcida sobre la mesa del fiscal, tocaron su teléfono móvil, usaron los baños y hasta la cafetera.
Declaraciones que han sido rechazadas por la fiscal del caso, Viviana Fein, en el ojo del huracán por una investigación que ha sido cuestionada incluso por la ex-mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, querellante en la causa en representación de sus dos hijas.
Arroyo Salgado en un breve comunicado informó que concurrirá a la marcha acompañada de sus dos hijas, Iara y Kala, con el único propósito de honrar a Nisman y sin ningún otro propósito de naturaleza político o social.