El Consejo Nacional de Resistencia Iraní (NCRI) emitió un comunicado en el que calificó al fallecido fiscal argentino Alberto Nisman, quien siguió la pista iraní del atentado contra la mutual judía de la AMIA en 1994, como un mártir de la paz y de la humanidad y no sólo del pueblo argentino.
El doctor Nisman no es sólo un mártir, lo es de la paz y la humanidad en la lucha contra el terrorismo. En particular, será considerado como un mártir del pueblo iraní y su resistencia contra el fundamentalismo y el terrorismo que emana de este régimen, aseguró la líder de la NCRI, Maryam Rajavi, quien está exiliada en Francia.
Se mantuvo valientemente contra el régimen de los mullah y expuso los sucios acuerdos políticos y económicos que apuntaban a salvar a este régimen de su culpa en el crimen del bombardeo a la AMIA, y se negó a ceder ante las amenazas repetidas y crecientes que se cernían sobre él en los últimos meses, agregó.
La NCRI no dudó en sostener que la muerte del fiscal que mantiene en vilo a la Argentina no fue un suicidio, sino un asesinato cuyo objetivo fue oscurecer la realidad y lavar las manos del fascismo religioso que gobierna Irán del gran crimen de la AMIA y allanar el camino para lograr acuerdos con los mullah.
Desde los primeros días que procedieron a este atentado, la resistencia iraní expuso que la decisión de atacar se tomó en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional del régimen y que sus perpetradores fueron los líderes del régimen, su Ministerio de Inteligencia y las Fuerzas Qods, y la organización libanesa Hezbollah, señaló la organización en el comunicado.
Este tema fue tratado en detalle ante el juez de investigación del caso en varias reuniones llevadas a cabo en la embajada argentina en París por parte de Ebrahim Zakeri, miembro del PMOI y en ese momento presidente de la comisión de seguridad y antiterrorismo del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, y sus colegas, añade el texto.
Rajavi sugirió que el régimen de Irán podría estar implicado en el asesinato del fiscal y remarcó que este homicidio no detendrá a la Justicia. Sin duda, los líderes del régimen de los mullah enfrentarán a una corte por los cientos de actos terroristas, la ejecución de 120.000 prisioneros políticos y la masacre de los pueblos de Siria, Irak, Yemen y Líbano, consideró.
La líder de la NCRI pidió que se realice una investigación internacional para dar con los culpables de este gran crimen contra la verdad y la justicia.
Una investigación sobre este tema es parte de la investigación del caso AMIA y seguramente dará luces sobre el rol del régimen iraní en ese crimen también. Al investigarse cualquiera de los crímenes perpetrados por este régimen, financista del terrorismo, se llegará a sus más altos funcionarios. Exportar terrorismo es una herramienta que este régimen usa para hacer avanzar sus políticas, y nunca lo abandonará”, concluyó.
Nisman fue encontrado muerto en su apartamento de Buenos Aires el lunes 19 de enero por la madrugada. Por su posición y el tiro mortal en su sien, en un principio se dijo que se había tratado de un suicidio, aunque la Fiscalía investiga si pudo haber sido inducido o si fue un asesinato encubierto.
Ese mismo día, el fiscal debía comparecer ante el Congreso por una denuncia que implicaba a la presidente Cristina Fernández y a otros funcionarios nacionales en un acuerdo con Irán para abandonar la pista iraní en el caso de la voladura de la AMIA. Su muerte salpica a las más altas esferas del poder argentino.
El atentado contra la mutual judía, perpetrado el 18 de julio de 1994, fue el mayor acto terrorista de la historia argentina, con 85 muertos y más de 300 heridos. Según recuerda la NCRI, las investigaciones de Nisman apuntan a que el líder supremo iraní Khamenei, el entonces presidente Hashemi Rafsanjani y otros funcionarios del régimen decidieron un año antes llevar a cabo el ataque.
De la causa, también se desprende que el mullah Mohsen Rabbani, encargado del régimen para el terrorismo en América Latina y que en ese momento trabajaba bajo la fachada de agregado cultural de la embajada en Buenos Aires, otro agente del Ministerio de Inteligencia llamado Ahmad Reza Asghari e Imad Moghnia, comandante militar de Hezbollah, implementaron el plan.