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Fanático de Paul McCartney rompe récords con su carnicería 'Paul Mac Carne'

Miércoles, 14 de enero de 2015 - 09:49 UTC
Arana inauguró su local en Alta Gracia, Córdoba, a ritmo de “Help” y el eslogan “así como lo mejor de la música tiene nombre, la carne también”. Arana inauguró su local en Alta Gracia, Córdoba, a ritmo de “Help” y el eslogan “así como lo mejor de la música tiene nombre, la carne también”.
Si bien McCartney es vegetariano publicó en su red la imagen del local y agregó:  “Un amigo mío vio esto de vacaciones. ¡Qué divertido! Amor, Paul”. Si bien McCartney es vegetariano publicó en su red la imagen del local y agregó: “Un amigo mío vio esto de vacaciones. ¡Qué divertido! Amor, Paul”.

Un carnicero argentino ha unido sus dos grandes pasiones, los Beatles y la carne, en su propio negocio, “Paul Mac Carne”, un particular homenaje al músico británico que ha llegado a agradecerle la iniciativa a través de las redes sociales.

 Pablo Marcelo Arana inauguró su local de la localidad argentina de Alta Gracia, en la central provincia de Córdoba, hace siete meses y se dio a conocer en las radios locales a ritmo de “Help” y con el eslogan “así como lo mejor de la música tiene nombre, la carne también”.

El nombre no es otro que el del ex Beatle de quien Arana es fanático desde hace 16 años, cuando conoció a su actual esposa y, junto a su suegro, le contagiaron la pasión por la banda de Liverpool.

La elección del nombre de la carnicería surgió de una conversación familiar: “Estábamos buscando uno con gancho y salió así. Dijimos: Paul es vegetariano... pero ni se va a enterar”, dijo hoy el carnicero a medios locales.

Sin embargo, el artista se enteró y publicó en su red social Instagram la imagen de la esquina del local con el comentario: “Un amigo mío vio esto de vacaciones. ¡Qué divertido! Amor, Paul”.

Un comentario que ha disparado la popularidad, y las ventas, de “Paul Mac Carne”.

Arana, que no sale de su asombro por la repercusión, explica que tras el mensaje de McCartney, la carnicería se llenó de clientes durante tres días hasta el punto de agotar la carne, empezando, por supuesto, por el costillar que lleva el nombre del mismo “beatle”.

El carnicero argentino confía en que siga la buena racha de ventas y no descarta que, algún día, uno de los clientes sea el propio McCartney, porque a pesar de su abierta militancia en la causa vegetariana, “cuando pruebe el matambrillo de acá, comienza a comer carne”, insiste.