Un ex empleado de la joyería Jean Pierre, una de las más exclusivas de Argentina, ha asegurado que la presidenta Cristina Fernández, viuda de Néstor Kirchner, supuestamente compró allí joyas por valor de 2.5 millones de dólares. Se trató, sobre todo de collares de perlas auténticas.
La presunta 'fiebre joyera' atribuida a la jefa de Estado, según reveló el ex representante Sergio Hovaghimian a la revista 'Noticias', se desató tras enviudar en 2010, cuando su esposo y antecesor en la Casa Rosada, Néstor Kirchner, murió de una crisis cardíaca.
”María Gabriela Guerrero Martínez le llevaba los catálogos (a la presidenta) y (ella) elegía, ha afirmado el ex empleado, quien también ha destapado que la vendedora iba al local del barrio de Recoleta de Buenos Aires para retirar las piezas escogidas y, luego, se las entregaba al jefe de seguridad de la Presidencia, Oscar Garín.
Hovaghimian empero también ha tomado distancia personal en el asunto. Yo a Cristina no la conozco, nunca la vi., ha asegurado. Al mismo tiempo ha señalado que se enteró porque el que cuenta que las joyas eran para Cristina es Enrique (Stad), el dueño de la joyería.
Los reporteros de 'Noticias', opositora al gobierno de Cristina Fernández, han chequeado los datos difundidos por el ex representante con las fotos hechas a la presidenta en distintos actos luciendo alhajas y, al parecer, todo es correcto.
Empero también es cierto que Hovaghimian está enfrentado con su ex empleador en un juicio laboral, y alega que en octubre pasado se metieron dos tipos en mi casa, me pegaron, me ataron, me 'gatillaron' en la cabeza y me dijeron que no me meta con Enrique (Stad) ni con la joyería.
Ahora soy testigo protegido, no puedo salir de mi casa. Siguieron amenazándome por la calle. Es una pesadilla de todos los días. No quiero que me maten”, ha dicho en declaraciones a la emisora de radio Mitre.
En cambio Stad, el dueño de Jean Pierre, ha desmentido a su ex trabajador y lo ha acusado de supuesta extorsión. Los argentinos ya conocían la afición de la mandataria por los adornos personales costosos. En los actos públicos suele mostrarse luciendo pendientes y anillos de oro y platino. Y relojes de marcas Rolex y Bulgari.
La revista 'Noticias' que es opositora al gobierno de Cristina Fernández, ha verificado los datos difundidos por el ex empleado de la joyería donde supuestamente compraba la presidenta argentina con las fotografías hechas a la mandataria en distintos actos luciendo joyas y todo parece coincidir.
Entre ellos un collar de pirita, perlas y ónix valorado en 4.800 dólares; uno de perlas grises «South Sea» con cierre de oro blanco y pavé de zafiros de más de 100.000 dólares; uno de perlas blancas «South Sea» con cierre de oro 18 quilates y brillantes valorado en 120.000 dólares; uno de perlas en dos gamas de dorados de 120.000 dólares; otro de perlas grises y plateadas de 200.000 dólares; y la lista continúa hasta alcanzar los 2,5 millones de dólares.
A partir del artículo de 'Noticias', en el juzgado federal número 9 aceptó una denuncia penal contra la presidenta por los supuestos delitos de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero e incumplimiento de los deberes de funcionario.
Pero también es cierto que previas acusaciones han corrido variada suerte.
En 2008 el «Corriere della Sera» publicó que Cristina Fernández aprovechó su visita a Roma con motivo de la cumbre sobre el hambre de la FAO para gastar 9.000 Euros en unas sábanas de Pratesi, la firma italiana fetiche de Liz Taylor y Andy Warhol. Demandó al «Corriere» por difamación y ganó el juicio.
El «New York Post» publicó en 2011 que había desembolsado 80.000 Euross en 20 pares de zapatos de Christian Louboutin durante un viaje oficial a Nueva York (su portavoz lo desmintió), aunque el mayor escándalo lo protagonizó en 2012, cuando eligió un broche de Tiffany & Co. de 12.000 dólares inspirado en la cruz maltesa para defender la soberanía argentina de las Islas Falklands/Malvinas ante la ONU.
Algunos vieron la elección como un terrible paso en falso: Cristina Fernández lucía una Cruz de Malta –orden dirigida por el británico Frey Mathew Festing– para reclamar las Falkland Islands.