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CELAC y China: Explorando espacios de cooperación en comercio e inversión

Viernes, 9 de enero de 2015 - 10:50 UTC
Alicia Bárcena es Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) desde julio de 2008 Alicia Bárcena es Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) desde julio de 2008

Por Alicia Bárcena - El presente documento constituye un aporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) al primer Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, que se realizando los días 8 y 9 de enero de 2015 en Beijing.

 El documento se compone de tres partes. En la primera parte se sintetizan los principales elementos del contexto económico internacional en que se inserta hoy América Latina y el Caribe. En la segunda, se presenta un breve panorama de las relaciones comerciales y de inversión entre la región y China. Finalmente, en la tercera parte se ofrecen algunas conclusiones y recomendaciones para mejorar la calidad de los vínculos económicos entre ambos socios comerciales.

En las últimas décadas, China —junto con las demás economías emergentes de Asia— se ha convertido en un factor clave para entender la evolución y las perspectivas del proceso de globalización. Por su destacado desempeño en cuanto a crecimiento económico, comercio internacional, inversión extranjera directa e innovación tecnológica, y su papel como fuente de financiamiento internacional, China está modificando aceleradamente el mapa de la economía mundial. De esta forma, está potenciando los vínculos entre las economías en desarrollo y contribuyendo a un ciclo inédito de crecimiento, comercio, inversión, reducción de la pobreza y avances en la internacionalización de las economías emergentes. Gracias a ello, se está reduciendo la brecha de ingresos entre esas economías y los países industrializados.

Varias décadas de crecimiento chino cercano al 10% anual han redefinido el contexto de las cadenas asiáticas de valor. Estas tienden a estructurarse cada vez más en torno a China, país que se ubica en el centro de la denominada “fábrica Asia”. De este modo, la acelerada dinámica de crecimiento de la economía china ha contribuido a potenciar los vínculos entre las economías asiáticas, estimulando el comercio intraindustrial y las inversiones cruzadas. Por ello, en una adecuada estrategia de acercamiento a China no puede obviarse este fuerte vínculo con Asia Oriental y Sudoriental.

Durante casi una década, el impetuoso crecimiento de China se ha traducido en una fuerte demanda de materias primas, que en muchos casos provienen de América Latina y el Caribe. Así, el comercio bilateral se multiplicó por 22 entre 2000 y 2013, y, en pocos años, China ha pasado de ser un socio menor a convertirse en un actor central del comercio exterior de la región. Por su parte, China también ha reconocido la importancia creciente de sus vínculos con América Latina y el Caribe. Así lo reflejan los ambiciosos objetivos del marco de cooperación para el período 2015-2019, conocido como “1+3+6”, que fuera propuesto a la región por el Presidente Xi Jinping durante la primera Cumbre de Líderes de China y de países de América Latina y el Caribe, celebrada en Brasilia en julio de 2014.

A partir de 2012, el ritmo de expansión de la economía china se ha moderado —y se espera que se mantenga así en los próximos años—, lo que ha provocado una reducción de los precios de varios de los productos básicos exportados por América Latina y el Caribe a ese país. Esta situación ha sido interpretada como el fin del superciclo de altos precios de dichos productos que prevaleció en la mayor parte del período comprendido entre 2003 y 2011. Paralelamente, las orientaciones adoptadas por las autoridades chinas apuntan a lograr un rebalanceo de su modelo de desarrollo, en que se da un mayor peso al consumo de los hogares y uno relativamente menor a las exportaciones y a la inversión. Todos estos elementos plantean oportunidades y desafíos para la relación comercial entre América Latina y el Caribe y China, cuya importancia seguirá aumentando en los próximos años.

El fuerte interés manifestado por las autoridades chinas en fortalecer los vínculos con América Latina y el Caribe ofrece a la región una oportunidad histórica de abordar los desafíos de infraestructura, innovación y recursos humanos, elevar los niveles de productividad y competitividad, y diversificar las exportaciones. Un desafío complementario de gran importancia es procurar mayores niveles de inversión extranjera directa china en la región, especialmente dirigida a mejorar la infraestructura, a promover la diversificación exportadora y a estimular alianzas empresariales sinolatinoamericanas. Para ello es imperativo trabajar en una aproximación estratégica de la región hacia China y Asia Oriental y Sudoriental, que supere las limitaciones propias de los esfuerzos nacionales que han prevalecido hasta ahora.

Desde hace varios años, la CEPAL se ha involucrado activamente en las iniciativas que se llevan a cabo en distintos niveles para fortalecer las relaciones económicas entre América Latina y el Caribe y la región de Asia y el Pacífico, con un énfasis particular en China. Es así como ha participado en las distintas cumbres empresariales China-América Latina y en los dos foros de intercambios entre “think tanks” de China y de América Latina, entre otras instancias. La CEPAL ha tenido también el privilegio de recibir en su sede las visitas del entonces Vicepresidente de China Xi Jinping, en junio de 2011, y del entonces Primer Ministro Wen Jiabao, en junio de 2012. En ambas ocasiones, los líderes chinos presentaron propuestas orientadas a reforzar la cooperación entre China y América Latina y el Caribe. La presente publicación se inserta así en un permanente esfuerzo institucional por fomentar dichos vínculos.