La República Cooperativa de Guyana, miembro fundador de Unasur y en proceso de integración a Mercosur se encuentra en medio de una situación institucional que en algunos países miembros de Caricom animan a definir como un 'quiebre' luego que el presidente Donald Ramotar suspendió el parlamento por seis meses temiendo un resultado adverso en un voto de confianza.
Por lo visto el presidente invocó un oscuro recurso constitucional para sustentar su decisión, a la vez que admitió estar suspendiendo la actual legislatura para el beneficio de nuestro pueblo.
Empero la oposición ha puesto el grito en el cielo sobretodo que la medida se adoptó cuando los legisladores retornaban a sesionar tras un receso de dos meses.
Ramotar argumentó que bajo la figura de 'prórroga' el Ejecutivo podía suspender el parlamento hasta un máximo de seis meses. Argumenta que el mecanismo le permite gobernar sin el control legislativo ni la necesidad de un llamado anticipado de elecciones.
En un discurso a la nación guyanesa el presidente Ramator sostuvo que la decisión de ejercer esta opción constitucional no fue adoptada en premura, por el contrario es el único recurso que me quedaba para asegurar que la vida de la legislatura perdure.
Pero el jefe de la oposición Moses Nagamootoo, cuyo partido en agosto elevó la moción del voto de confianza, acusó a la administración de Ramotar de ser un gobierno recalcitrante y renegado.
En efecto, la coalición opositora cuenta con 33 votos en 65 para hacer efectivo su planteamiento de no confianza que obligaría a un llamado a elecciones.
La vida política de la ex colonia británica no es fácil: arrastra desde sus inicios una profunda división etno-racial, los descendientes de africanos traídos como esclavos por los ingleses y los hindúes también llegados más tarde a impulso de la metrópoli que entonces dominaba el mundo.
Al momento el partido de los Indo-guyaneses de Ramotar tiene la minoría mayor, 32 votos en tanto la coalición encabezada por los Afro-guyaneses controlan la mayoría legislativa con 33 miembros electos.
En agosto pasado al instrumentarse el pedido de un 'voto de confianza', Ramotar se negó a convocar al parlamento sabiendo que estaba condenado a un llamado a elecciones y por tanto vencido el plazo apeló a la cuestionada prórroga de seis meses.
Ramotar ha dicho también que en estos seis meses hará todos los esfuerzos posibles para intentar un 'diálogo constructivo' con la oposición y si no se alcanza un acuerdo de normalidad, no tendría otra salida que el llamado a elecciones.
Pero también demuestra una intención de mantenerse en el poder y de subvertir el espíritu y razón de una democracia que es el control parlamentario del Ejecutivo. Según varios diarios caribeños el escenario es el de un presidente electo camino a convertirse un dictador de facto.