Un viejo Volkswagen “Fusca” de 1987 con el que el presidente de Uruguay, José Mujica transita por las calles de su país se transformó en objeto de deseo de un jeque árabe que pagaría un millón de dólares por el auto.
La millonaria propuesta le fue realizada durante la cumbre G77+China celebrada a mediados de año en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), informó el jueves el semanario Búsqueda. La desproporcionada oferta no fue la única que recibió el mandatario por su viejo automóvil de color celeste, que usa los fines de semana y con el que fue a votar en las elecciones del 26 de octubre.
“La propuesta me la hicieron”, dijo Mujica al periódico. “Me sorprendió un poco todo esto y al principio dudé y no le di tanta importancia. Pero después me llegó otra propuesta y me lo tomé un poco más en serio. En todo caso, y si se concreta, todo el dinero será para el Plan Juntos (de construcción de viviendas para personas sin recursos) o lo que sea para favorecer al Uruguay”, añadió.
Según Búsqueda, en septiembre pasado, durante un encuentro con representantes diplomáticos en Montevideo, el embajador de México, Felipe Enríquez, le ofreció diez camionetas doble tracción a cambio del ya famoso Fusca (también llamado Escarabajo) celeste.
El propio embajador dijo a la publicación que hizo el planteo “como un profundo admirador de la figura del presidente Mujica, de su legado, de sus valores humanos, de su real prédica solidaria con los más necesitados, a quienes, entre otras cosas, ayuda con la mayoría de su salario de jefe de Estado”.
Según la última declaración jurada de Mujica, el ’Fusca’ del año 1987 está valorado en 70.000 pesos (US$ 2.880). Además el presidente cuenta con otro auto del mismo año con un valor estimado de 37.500 pesos (US$ 1.560).
La oferta millonaria por el “Fusca” presidencial se instaló de inmediato en las redes sociales con alabanzas a la austeridad del populista y frases divertidas como la del usuario de Twitter @NicoAlayon que ironizó: “1 millón de dólares por un Fusca. Está brava la inflación”.
El ex-guerrillero, que llegó al poder en 2010, dona gran parte de su salario al Plan Juntos -un proyecto de vivienda solidaria que creó cuando llegó a la Presidencia. En su chacra del barrio Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, ’Pepe’ junto a su esposa, la senadora Lucía Topolansky, mantienen un sencillo estilo de vida, que llevó a que algún algún medio internacional lo catalogara como “el presidente más pobre del mundo”, aunque en términos uruguayos sus activos no son nada despreciables.
Más allá de los rótulos, Mujica se ganó durante su mandato la atención mundial por sus discursos a favor de la paz, contra el consumismo y por la promoción de leyes como la polémica regulación del mercado de marihuana que el país aprobó en diciembre.
Nombrado por la revista estadounidense Time una de las 100 personalidades más influyentes del planeta y hasta postulado al premio Nobel de la Paz, Mujica transita sus últimos meses al frente del gobierno uruguayo con altos niveles de popularidad, superior al 50%.