El ex-ministro brasileño Jose Dirceu, uno de los hombres más influyentes de los gobiernos de Lula da Silva hasta que en 2005 estalló un grave caso de corrupción que lo llevó a la cárcel, dejó esta semana el penal en que estaba recluido y pasó a un régimen de prisión domiciliaria.
Dirceu, condenado a siete años y once meses de prisión, logró el beneficio de la reclusión domiciliaria tras cumplir una sexta parte de su pena, lo cual se sumó a su buen comportamiento y a 142 días que le han sido descontados por su trabajo en un bufete de abogados.
El beneficio había sido aprobado la semana pasada por el Tribunal Supremo y se hizo efectivo este martes, después de que el ex-ministro asistió a una audiencia en la que fue informado sobre las normas que deberá cumplir los casi seis años y medio que le restan de condena.
Dirceu, de 68 años y encarcelado desde el 15 de noviembre del año pasado, llegó al tribunal bajo custodia, en medio de un revuelo de periodistas y curiosos, y una vez concluida la vista fue trasladado a su residencia en Brasilia, la cual sólo podrá dejar para acudir a su trabajo en un bufete de abogados.
En 2005, Dirceu estaba al frente del estratégico Ministerio de la Presidencia en el Gobierno de Lula da Silva (2003-2010) pero perdió el cargo cuando se denunció un grave asunto de sobornos en el Parlamento, que fue juzgado en 2012 y acabó con 25 políticos y empresarios en la cárcel.
El Supremo consideró que el ex-ministro actuó como “jefe” de una “pandilla” orquestada por miembros del Partido de los Trabajadores (PT) que se valió de recursos públicos para “comprar” a legisladores de otras formaciones políticas, que le dieron al Gobierno de Lula la mayoría parlamentaria que no había obtenido en las urnas.