La presidenta brasileña y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, y el líder opositor, Aécio Neves, protagonizaron el domingo por la noche un debate televisivo más, pero menos tenso que los anteriores y sin que ninguno de los dos consiguiese tomar ventaja de cara a las elecciones del próximo 26 de octubre.
Sin las acusaciones de índole personal que marcaron el anterior debate el jueves pasado los dos candidatos intentaron este domingo elevar el nivel de la campaña con la discusión de temas de interés general como la tributación, el crecimiento económico, la inflación, la seguridad pública, la salud y la educación.
Al final del debate, al ser preguntada por periodistas si el cara a cara en la red de televisión Record había sido una película de amor comparado con el clima tenso de los otros, Rousseff respondió: Cuando me dan oportunidad, soy calmada.
No obstante, en su balance del debate, Rousseff aprovechó para abordar el tema de la crisis hídrica del estado de Sao Paulo, la más grave en su historia y que pone en riesgo el abastecimiento de la mayor ciudad brasileña.
La mandataria acusó al Gobierno regional, en manos del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, de Neves), de hacer caso omiso a las advertencias, años atrás, de las autoridades sobre el riesgo que se corría en caso de una sequía como la actual.
Neves, por su parte, declaró después del cara a cara que el de este domingo había sido el mejor debate desde el punto de vista de propuesta y agregó: pienso en el futuro y no me quedo mirando el pasado como la candidata.
Prefiero siempre un debate de ideas, enfatizó Neves, quien se declaró orgulloso y honrado al ser comparado por Rousseff con Fernando Henrique Cardoso, el único presidente del PSDB (1995-2002), pero advirtió que sus propuestas son nuevas y bajo otra realidad.
A pesar de la ausencia de la palabra mentira que fue repetida una y otra vez en el debate del jueves en el canal SBT, los candidatos se contrariaron reiteradas veces al citar números relacionados con la gestión de los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff, y del PSDB.
Incluso Neves llegó a citar las crisis internas en los estatales Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) e Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA), por supuestas presiones del Gobierno en la divulgación de datos.
La economía y el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras intentaron levantar un poco el tono en el penúltimo debate, a una semana exacta de la segunda vuelta electoral.
Cuando Neves cuestionó el crecimiento inferior al 0,3 % para este año, Rousseff calificó a su oponente como pesimista y éste, a su vez, criticó la elevada inflación.
Las personas están asustadas con la inflación, que roza el límite máximo de la meta anual del 6,5 %, aseveró Neves, quien preguntó varias veces a Rousseff sobre si el Gobierno tenía el control inflacionario.
Tengo la seguridad de que la inflación está bajo control y eso es inequívoco, manifestó la jefa de Estado, quien consideró la meta propuesta de Neves en caso de ser elegido presidente, del 3 %, como arriesgada.
A continuación, Neves comparó el crecimiento del país y el de la inflación con la de otras naciones latinoamericanas, como México, Chile y Perú, pero en su derecho de respuesta Rousseff manifestó que prefería las comparaciones con grandes como Alemania.
Con un debate más ameno este domingo, los candidatos iniciarán el lunes una intensa agenda de compromisos para conquistar al gran número de los electores indecisos y el viernes en Río de Janeiro, en el cara a cara promovido por la red Globo, dispararán la última munición.
Sao Paulo, fortín de Neves, será uno de los blancos de la campaña del PT, que programó para este lunes un mitin en el barrio popular de Itaquera con Rousseff y su mentor político, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En las elecciones del 5 de octubre, Rousseff terminó primera con el 41,5% de los votos, seguida por Neves, quien consiguió el 33,5 %. Para la segunda vuelta, el próximo 26 de octubre, Rousseff y Neves aparecen empatados técnicamente.