La polémica por la visita de Jeremy Clarkson y su programa 'Top Gear' a la Argentina sigue en la tapa de los diarios británicos: este lunes, The Independent publicó en su portada un artículo de opinión de la embajadora Alicia Castro con duras críticas al conductor británico de la BBC que fue atacado y echado de Tierra del Fuego por haber traído patentes de auto alusivas a la guerra de Falklands/Malvinas.
La representante argentina en el Reino Unido acusó al presentador del programa Top Gear de crear un relato desmesurado y presentar a los argentinos como salvajes e incluso como caníbales que quisieron comerlos a él y su equipo de producción. La imaginación colonialista del Sr. Clarkson es muy prolífica: nunca hubo canibalismo en la Argentina. Comemos, eso sí, mucha carne vacuna, pero nunca nos hemos comido a un periodista, ironizó.
Alicia Castro recordó también que no es la primera vez que el Sr. Clarkson ofende al país que lo recibe, ya que basta con una simple búsqueda en internet para encontrar al menos 20 incidentes en los cuales Clarkson ha ofendido a alguien. Episodios que van de comentarios racistas y homofóbicos a burlas xenófobas dirigidas a otras culturas son apenas algunos de los casos que protagonizó en India, Corea del Sur y México, entre otros.
A continuación, el artículo completo de la embajadora Alicia Castro:
En el artículo que publicó Jeremy Clarkson en The Sunday Times el 5 de octubre sobre su intento de filmar un episodio del programa Top Gear en el sur de Argentina, aseguró que su vida, y la de los integrantes de su equipo, estuvo en peligro.
Los estudiosos de los medios de comunicación seguramente se interesarían en analizar cómo este presentador de TV construye una historia. Para ello, comienza posicionándose en el escenario de la guerra que tuvo lugar hace 32 años y diciendo Sabíamos que Ushuaia es el puerto del cual el Belgrano navegó hacia su funesto destino al comienzo de la guerra de las Malvinas, rememorando el dramático episodio del buque que fue hundido por orden de Margaret Thatcher, que desencadenó una guerra que debió haberse evitado. En caso de que alguien no advierta sus intenciones, termina su artículo citando el titulo del diario The Sun de 1982 Gotcha (Te agarré ), lo que muestra claramente su particular sentido del humor y sus marcos de referencia políticos y culturales. La orden de Londres de hundir al Belgrano remarcó el equipo del Sunday Times en su libro The Falklands War (La guerra de Malvinas) publicado en1982, fue sin dudas la decisión más controvertida de la guerra (p.157), la que provocó más de trescientas muertes.
El Sr. Clarkson llegó a Tierra del Fuego, a tan sólo 600 km de las Islas Malvinas, alardeando con un auto con patente H982 FKL, que recordaba el año y siglas del lugar de la guerra. Más tarde, intentó hacer creer que se trataba de una mera coincidencia y que no tenía intención de provocar.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el Sr. Clarkson ofende al país que lo recibe, habiendo hecho lo mismo en la India, Corea del Sur y México. Ha sido acusado y criticado por el público, los entes reguladores y la prensa de su país por sus dichos, que van desde comentarios racistas y homofóbicos a burlas xenófobas dirigidas a otras culturas. Una simple búsqueda en internet arroja al menos 20 incidentes en los cuales Clarkson ha ofendido a alguien.
El animador televisivo, en su nota titulada Make no mistake, lives were at risk (No se equivoquen, hubo vidas en peligro) construye un relato desmesurado. Describe haber sido emboscado por una horda armada con picos. Más tarde, cambiando de género narrativo, crea otra escena: Clarkson afirma que una multitud intentó quemar los autos de su equipo- lo que no sucedió en realidad- y llega a afirmar que alguien dijo que iban a asarnos y comernos. La imaginación colonialista del Sr. Clarkson es muy prolífica: nunca hubo canibalismo en la Argentina. Comemos, eso sí, mucha carne vacuna, pero nunca nos hemos comido a un periodista.
Cuando alguna gente de la comunidad local se reunió espontáneamente para repudiar la conducta del Sr. Clarkson, las autoridades locales intercedieron de inmediato para garantizar su seguridad y la de su equipo, proveyendo medios de transporte, plazas en un vuelo a Buenos Aires, y gestiones especiales para facilitar el cruce de la frontera hacia Chile.
Al concluir su historia destinada a presentar a los argentinos como salvajes, y sin reconocer la seguridad provista por el gobierno de Tierra del Fuego, Clarkson reflexiona sobre las razones que pueden haber causado las protestas. Razona que los problemas no tuvieron relación alguna con su provocación, sino que, en realidad, se debieron a otras causas: We were English... (Éramos ingleses...) concluye. Ignora, por lo visto, que hay 250.000 británicos y descendientes de británicos que viven felizmente en la Argentina y gozan del respeto y la amistad de toda la sociedad. Desconoce que justamente en la Patagonia argentina, a escasos kilómetros de donde él se encontraba, vive una comunidad de 70.000 galeses que hablan su idioma, conservan su identidad y cuyo asentamiento cumple 150 años que celebraremos en conjunto el próximo año. También pretende ignorar que hace pocos meses un equipo de la Unidad de Historia Natural de la BBC estuvo filmando en la Patagonia durante doce días, a propósito de un importante hallazgo fósil y fue muy bien recibido por toda la comunidad local. Su siniestra versión de los hechos no llegará a desalentar a los miles de turistas británicos que llegan cada año hasta el fin del mundo para visitar la Patagonia- desde Darwin y Chatwin hasta nuestros días- a disfrutar de nuestra naturaleza y de la típica hospitalidad argentina.
Tal vez sea demasiado pedir a quien se dedica a producir espectáculos, que no fabrique un cuento de terror o una historia de aventuras para hacerse publicidad y ganar rating. Pero apelamos a los medios de comunicación que la difunden, que tengan en cuenta que las históricas relaciones y lazos de amistad entre la Argentina y el Reino Unido nos brindan la oportunidad de promover un diálogo respetuoso entre nuestros pueblos y Naciones.
La Argentina reclama diálogo, junto a toda la comunidad internacional, para resolver la controversia de soberanía de las Islas Malvinas por medios pacíficos y diplomáticos. El conflicto en el Atlántico Sur, y en especial, la memoria de los caídos en la guerra, de ambos bandos, no merecen la burla maliciosa sino nuestra consideración y respeto.
Alicia Castro
Embajadora argentina ante el Reino Unido