La inflación acumulada den Brasil en los últimos doce meses hasta septiembre se ubicó en el 6,75%, su mayor nivel en los últimos tres años, desde el 6,97 medido en octubre de 2011, informó este miércoles el Gobierno.
La inflación interanual hasta septiembre se ubicó por encima del 6,51% acumulado hasta agosto y amenaza la meta que se impuso el Gobierno de terminar 2014 con una tasa anual del 4,50%, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales, lo que permite un límite máximo del 6,50%.
Los analistas del mercado financiero, sin embargo, prevén que la inflación se desacelerará en el último trimestre del año y que terminará 2014 en el 6,32% y 2015 en el 6,30%, en ambos casos muy próximo al máximo tolerado por el Gobierno.
Brasil cerró 2013 con una inflación del 5,91%, por encima del centro de la meta del Gobierno pero por debajo del techo máximo.
En el repunte de la inflación en el último año contribuyó especialmente la tasa de septiembre, del 0,57%, más del doble de la de agosto de este año (0,25%) e igualmente superior a la del mismo mes de 2013 (0,35%), según los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).
De acuerdo con el organismo, la inflación acumulada en los nueve primeros meses del año se ubicó en el 4,61%, casi un punto porcentual por encima del 3,79% en el mismo período del año pasado.
Los precios en septiembre subieron más de lo esperado impulsados por el sector de alimentos, con un reajuste del 0,78% tras tres meses de caída. Los alimentos fueron responsables por 0,19 puntos porcentuales de toda la inflación en septiembre, es decir por la tercer parte de la tasa.
La inflación también subió presionada por el reajuste de las tasas de transporte, que se ubicó en el 0,63% en septiembre tras haber sido del 0,33% en agosto.
La tasa de precios mantiene su tendencia alcista en Brasil pese a que el Banco Central ha elevado gradualmente la tasa básica de intereses para intentar frenar el consumo y los precios.
El organismo emisor elevó este año los tipos hasta el 11% anual, con lo que los ubicó en el mismo nivel de enero de 2011, cuando Dilma Rousseff asumió como presidenta de Brasil.
La amenaza de la inflación de superar el techo máximo tolerado por el Gobierno ha dado munición gruesa al líder opositor Aecio Neves en su campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 26 de octubre próximo, en la que se enfrentará a Rousseff, que aspira a la reelección.
Neves es un fuerte crítico de la actual política económica y asegura que la incapacidad del Gobierno para contener la inflación está erosionando el poder de compra de la población y reduciendo el consumo interno del país, que es el principal motor de la economía brasileña.
Según el opositor, tanto la inflación como la subida de los tipos para hacerle frente provocaron la fuerte desaceleración sufrida por el país este año.
El llamado Índice de Precios de Consumo Amplio (IPCA), divulgado por el IBGE y considerada la tasa oficial de inflación en Brasil desde 1980, mide el aumento de los precios en las diez mayores regiones metropolitanas de Brasil para las familias que ganan hasta 40 salarios mínimos.