La ecologista Marina Silva quien este domingo quedó tercera en las elecciones presidenciales de Brasil y sin opciones de disputar la segunda vuelta el 26 de octubre, afirmó que los electores votaron por el “cambio” y “en contra de lo que está equivocado”.
“Brasil señaló claramente que no está de acuerdo con lo que ahí está”, dijo Silva en alusión al Gobierno de Dilma Rousseff, durante un acto ante correligionarios en Sao Paulo.
No obstante, Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), no declaró su apoyo a ningún candidato, ni a Rousseff ni al opositor Aécio Neves, que quedó en segundo lugar, y dijo que condicionará su decisión al “diálogo” sobre su programa.
“Nuestro programa es la base de cualquier diálogo para el cambio que Brasil desea”, dijo Marina Silva, que admitió la posibilidad de mantenerse neutral como lo hizo en 2010, cuando también fue tercera en las elecciones presidenciales pero por el Partido Verde (PV).
Rousseff fue la más votada este domingo con un 41,39 % de los sufragios y se disputará la Presidencia el 26 de octubre con el socialdemócrata Aécio Neves, que recibió el 33,78 %, mientras que Silva tuvo un 21,26 % de los votos, según los resultados del Tribunal Superior Electoral tras escrutar el 97,98 %.
La decisión sobre apoyar o no a un candidato en la segunda vuelta será consensuada por los partidos políticos que la arroparon en las elecciones.
Estos partidos se reunirán primero por separado y después juntos, y tomarán una “posición conjunta” basada en su punto común, que es el programa de Gobierno presentado en la campaña, según Silva.
Sobre su campaña, la ecologista la calificó como “una gran victoria” de su candidatura debido a la “desproporcionada violencia” de los ataques que le profirieron sus rivales, en especial de la candidatura oficialista de Rousseff, que dijo que se sirvió de un “marketing salvaje”.
Silva sostuvo que su objetivo es “mejorar la calidad de la política”, basando la gobernabilidad “en un programa y no en el pragmatismo”.