Rusia y Sudáfrica firmaron un acuerdo para la construcción de ocho reactores nucleares en el país africano por parte de la empresa estatal rusa de energía atómica, Rosatom, que finalizará previsiblemente en 2030.
El pacto fue firmado el lunes en Viena -donde se celebró una reunión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA)- por la ministra sudafricana de Energía, Tina Joemat-Petterson, y el director general de Rosatom, Sergey Kirienko, según detalló el diario sudafricano Bussiness Day.
La construcción de cada reactor costará unos 5.000 millones de dólares, lo que eleva el monto total del acuerdo a entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, según estimaciones recogidas por los medios sudafricanos.
Con la firma de este compromiso, Rusia se impone a países como Francia, Estados Unidos, Japón, China o Corea del Sur en la lucha por dominar el mercado nuclear sudafricano.
Sudáfrica y Rusia mantienen estrechas relaciones comerciales y políticas como miembros del grupo de las principales cinco economías emergentes, BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Los reactores que Rusia construirá en Sudáfrica, con una capacidad de 9,6 gigavatios, serán los primeros desarrollados con tecnología rusa en el continente africano, informó Rosatom en el comunicado que anunciaba el trato.
Con el proyecto, Sudáfrica busca reducir su dependencia del carbón, con el que la empresa nacional, Eskom, produce el 80% de la energía eléctrica, y poner fin a los problemas de suministro del país austral, que cuenta actualmente con una sola central nuclear.
El silencio del Gobierno de Pretoria, que no ha confirmado hasta el momento públicamente el acuerdo, ha provocado críticas en Sudáfrica.
El presidente del país, Jacob Zuma, visitó Rusia el mes pasado, en un viaje oficial que pretendía fortalecer las relaciones comerciales entre los dos países