El día después de anunciar que la desigualdad de los ingresos había aumentado en Brasil el año pasado, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) dijo que había cometido un error de cálculo y emitió una nueva cifra que revierte la tendencia.
La corrección es una buena noticia para la presidenta, Dilma Rousseff quien busca su reelección el próximo mes con una campaña que se basa en cómo han mejorado las condiciones sociales en Brasil, pero dejó a otros preguntándose qué hay detrás de la revisión de las cifras.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares (Pnad) de Brasil de 2013 divulgados el jueves decían que el índice de Gini, que mide la concentración de la riqueza en un país, creció desde 0,496 en el 2012 a 0,498 en el 2013, donde cero equivale a la máxima igualdad y 1 a la concentración total del ingreso.
El IBGE corrigió la cifra a 0,495, diciendo que había cometido un error en la metodología. La agencia negó que el Gobierno haya tenido alguna relación con el cambio.
“No hubo presiones políticas. Sería surrealista si nosotros anunciamos estadísticas y luego las cambiamos bajo presión”, dijo el director de investigación del IBGE, Roberto Olinto, en una conferencia de prensa.
Pero los rivales de Rousseff, que buscan poner fin a 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores, no estaban convencidos.
El candidato Aécio Neves dijo que el gobierno estaba tan ansioso por permanecer en el poder, que ha presionado a los encargados de las estadísticas para que entreguen datos positivos.
“El Gobierno está socavando la credibilidad de nuestras instituciones más serias y respetadas”, dijo en un comunicado.
Los datos originales que mostraron un aumento de la desigualdad hicieron noticia y fueron una vergüenza para Rousseff, cuya reelección se ha visto amenazada por la popular ecologista Marina Silva en una carrera que es demasiado reñida como para escoger a una favorita.
El Ministerio de Planificación anunció la creación de una comisión de expertos independientes para revisar qué ocurrió.