Se profundiza el resquebrajamiento del chavismo. Primero fueron algunos funcionarios históricos, que salieron del gobierno denunciando que el presidente Nicolás Maduro y sus lugartenientes están traicionando la revolución.
Las críticas ahora vienen de la militancia, que ve con un creciente recelo el rumbo seguido por el Partido Socialista Unido de Venezuela. La corriente Marea Socialista presentó un duro documento para anticipar el debate que tendrá lugar el 19 de julio durante la Conferencia Nacional Abierta, que se realizará en rechazo al III Congreso partidario, al que no fueron invitados los militantes críticos.
El gobierno del Presidente Nicolás Maduro, el gobierno que votamos el 14 de abril de 2013 y que defendemos frente a los ataques de la derecha y el imperialismo, pareciera que se estuviera quedando sin respuestas. O, a veces peor, equivoca el camino, dice el comunicado.
La derecha interna intenta, las más de las veces con éxito, cerrar los espacios para el debate y la participación democrática de ese pueblo. La expectativa que podría haber despertado el Congreso del PSUV se desvanece. Porque mientras la situación no mejora, sino que por el contrario se hace más grave, el partido continúa cerrado a la participación masiva y democrática de su militancia. En este sentido y por ser parte de la militancia del PSUV reclamamos un giro radical, tanto en la preparación, en la metodología como en la agenda del Congreso, agrega
Durante una cumbre partidaria, que se realizará el 20 de julio, se elegirán los 535 delegados al Congreso entre 5.156 candidatos preseleccionados por la dirección nacional. Ellos se sumarán a 265 que tienen su lugar asegurado, a los que se conoce como natos.
El objetivo proclamado por la convocatoria al III Congreso no era menor, ya que prometía una revisión de la ideología, del programa político y de la organización del PSUV. Por eso fue tan grande el rechazo de los militantes al ver que no habrá un verdadero debate.
Lamentablemente estamos presenciando el fracaso, con sus honorables excepciones, de casi toda la dirección de una vieja 'izquierda' institucionalizada y burocratizada. Que ha hecho su razón de ser de la búsqueda y disputa de espacios de poder para beneficio personal o de su propia maquinaria. Una dirección política que desprecia la participación democrática de su base militante y social. Que se ha aislado de un pueblo que no ha perdido la esperanza, continúa el documento.
La carta del ex ministro Jorge Giordani puso blanco sobre negro el debate necesario y ya no podrá cerrarse ese debate. La sanción sobre el también histórico dirigente Héctor Navarro confirma que hay un sector en el partido que prefiere el silencio, propio de los regímenes antidemocráticos, que el bullicio vital del debate de un pueblo movilizado y sus dirigentes. Rechazamos la descalificación y la acusación personal como argumentos políticos, método propio de los que quieren silenciar el debate, concluye.