Brasil inicio esta semana la campaña electoral de cara a los comicios generales del 5 de octubre, con actividades públicas y en internet un día después del cierre de inscripciones de las candidaturas ante el Tribunal Superior Electoral (TSE).
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff que buscará su reelección respaldada por una coalición partidaria que tiene al frente al gobernante Partido de los Trabajadores (PT), no tuvo actividades públicas, pero comenzó su proselitismo en internet.
Rousseff, en el sitio oficial de su campaña, abogó en un vídeo por una disputa de “alto nivel” en los debates que anteceden las elecciones, a las que calificó como las “más politizadas” de la historia.
En su mensaje de “bienvenida” al sitio, la gobernante destacó la “prueba de modernidad” que internet le brinda a las campañas y del “valor” que las mismas le pueden dar a la forma de hacer política en el país.
El principal candidato opositor, el socialdemócrata Aecio Neves, participó del 17º Festival de Japón, realizado en Sao Paulo y en el que el senador criticó el “uso” del Mundial para “fines diferentes”, como los políticos del Gobierno de Rousseff.
Neves estuvo acompañado por su compañero de fórmula y candidato a vicepresidente, el senador Aloysio Nunes; por el gobernador del estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin -que busca reelegirse-, y por José Serra, quien fue derrotado en las elecciones de 2010, en segunda vuelta, por Rousseff.
El socialista Eduardo Campos, en el papel de tercero en la disputa, visitó la favela Sol Nascente de Brasilia en compañía de la ex-ministra de Medio Ambiente Marina Silva, su fórmula para la Vicepresidencia.
Campos llegó a decir durante su visita a la favela que el PT debería demostrar “humildad” y no presentarse a las elecciones presidenciales debido a su “fracaso” como Gobierno.
Para las elecciones el 5 de octubre están habilitados 141,8 millones de electores que escogerán presidente, vicepresidente, senadores, gobernadores de los 27 estados y diputados federales y regionales.